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Lionel Messi no es común y corriente
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Lionel Messi no es común y corriente

El '10' sólo necesito dos jugadas para aguar la fiesta a 50 mil colombianos en el Metropolitano.

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16 de noviembre 2011 , 07:43 a. m.

El aplauso con el que despidideron los aficionados de occidental al 'crack' de la selección de Argentina dictó sentencia. La afición barranquillera reconoció que vieron jugar al mejor del mundo.

Saltó al campo de juego con la cabeza en alto y salió aún más erguido. A las 3 y 54 de la tarde, él, como capitán, encabezó la entrada de la 'Albiceleste' al terreno. Apretó las manos de Mario Yepes, del juez brasileño Fagundes y fue el segundo futbolista en tocar la pelota cuando comenzó esa explosión de júbilo que terminó como otra tarde nefasta para los locales.

Sus primeras pinceladas no tuvieron el resultado que esperaba. Messi aprovechaba la ansiedad de la zaga contraria, pero Argentina no capitalizaba. Mostraba algunos destellos de su buen fútbol pero no prosperaban, como cuando encaró a Yepes en el costado occidental, le metió un túnel que no prosperó.

A esa altura, el duelo frente a Bolívar en el campo, donde se debe 'hablar', lo ganaba el del Barcelona, que ya lo dejaba en el camino en dos oportunidades. Abel Aguilar, era el  que impedía los avances del '10' 'Albiceleste'. Pero a medida que corría el reloj,  el volante colombiano del Tolima se contagió de la actitud de su par del Hércules español y también arremetió contra el 10, logrando su cometido. 

La fuerte falta de Burdisso, que salió en camilla directo para el vestuario, sobre James, sirvió para que Messi viniera a la raya y vaciara un botella de agua sobre su acalorada cabeza. Daba la impresión de sentir el rigor del calor, de la humedad del Metropolitano, que era una caldera. 

Y la imagen se posó en Lionel. Él fue quien llevó la pelota al centro mientras los rivales celebraban en la esquina noroccidental. Allí, terminaron sus primeros 45 minutos en 'La Arenosa' con Colombia ganando 1-0.

Arrancaron las emociones del segundo tiempo y Messi no aparecía. Cada vez que tomaba el balón, tenía a su sombra, Bolívar y los chiflidos que bajaban desde la gradas. Sus pases no generaban peligro, sus filigranas no daban resultado, los colombianos controlaban al mejor del mundo. 

Pero así pasa con el número uno, que en un segundo silenció el Metropolitano. Pescó un rebote en el área rival y anotó. Y fue la inyección que necesitó el futbolista del Barcelona para desplegar su calidad ante la mirada de 40 mil almas que veían como su seleccionado se iba quedando e iba creciendo el rival y Messi.

Y en la segunda que recibió bastante libre, Lionel selló la victoria de los 'gauchos'. Su diagonal hacía adentro fue mortal, tocó para Higuaín y terminó celebrando con Sergio Agüero, que vulneró la portería de David Ospina.

Salvio Fagundes levantó sus brazos al despejado cielo de 'Curramba', decretó el cierre de esta historia y la afición colombiana le reconoció a Messi que no es común y corriente, que él es el número uno, es el mejor.

Diego Loaiza Gómez
Enviado Especial a Barranquilla
Periodista Futbolred.com

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