En medio de un escándalo por parte de los jugadores y el técnico Eduardo Coudet terminó este jueves el partido entre Atlético Nacional y Rosario Central, en la vuelta de los cuartos de final de la Copa Libertadores.
Y es que después del tercer gol y la celebración excesiva y provocadora de Orlando Berrío, que significó la victoria 3-1 de los 'verdolagas' sobre los 'canallas', el volante Damián Musto reaccionó y le pegó una patada con los taches arriba al propio Berrío.
En ese momento, se presentó un amago de bronca y hasta apareció Sebastián Pérez, quien fue reemplazado por el profesor Reinaldo Rueda antes de finalizar el primer tiempo. Ahí llegó un cara a cara entre los hombres de bando y bando, improperios fueron y vinieron durante varios minutos y posteriormente el árbitro Daniel Fedorczuk reanudó el duelo.
Tras la refriega fueron expulsados Berrío, por el local, y Musto, por el visitante. Posteriormente y ya con la calentura que dejó la tercera anotación de los antioqueños, también vio la cartulina roja Giovanni Lo Celso por agredir en la mitad de la cancha a Alexánder Mejía.
Pero eso no fue todo. Ya con el partido finalizado, el técnico Coudet salió corriendo desde la zona de su banquillo hasta uno de los extremos para intentar agredir a Mejía, a quien retó a pelear. No obstante, uno de sus asistentes alcanzó a mediar. Incluso, hasta el propio Franco Armani, argentino él, también fue insultado por otros jugadores del conjunto rosarino.
En las tribunas del Atanasio Girardot un buen número de los seguidores 'verdolagas' festejaron a rabiar, pero también otros chiflaron a los integrantes del plantel de Rosario Central, que tuvieron una actitud de malos perdedores.
Ya en la fase de octavos de final, una situación similar se presentó con Huracán, también de Argentina, cuando visitó a los dirigidos por Rueda en Medellín.
Redacción Futbolred
Al final el juego estuvo marcado por un agresiones y expulsiones.
Foto: EFE
