No es tan fácil pararse después de un 7-0. Pero es posible cuando se cumplen dos condiciones: el siguiente partido es pronto y las ganas de revancha son desbordantes.
Manchester United se recuperó de la humillación que sufrió en Premier contra Liverpool y la víctima de turno fue Real Betis, que pudo encajar una goleada definitiva en los octavos de final, pero tuvo la fortuna de un Claudio Bravo salvador. Con todo, perdió el equipo español por 4-1 en Old Trafford.
Muy temprano, a los 6 minutos, quiso el equipo de Pellegrini dar una sorpresa en la casa roja pero se la llevó en el arco propio: se jugaron todos al ataque y en el regreso los ingleses son temibles y Rashford también: gol y abrazo en el amanecer del partido.
Pero vino una sorprendente siesta en el área del dueño de casa y lo aprovecharon los españoles, que tuvieron espacio para llevar la pelota de la izquierda hacia el centro y luego el pase abierto para que en la derecha apareciera Pérez y empatara el duelo 1-1.
Algo muy drástico ocurrió en descanso pues fue otro el impulso: a los 52 minutos metió un remate cruzado, inatajable para el arquero Bravo, que en ese punto ya había salvado varias. Una joya, a decir verdad.
Antes que reaccionara el rival, el capitán Bruno también quiso hacerse presente y marcó el tercero a los 58 minutos, un gol para la tranquilidad.
Para cerrar, el célebre Weghorst, el del "¿Qué mirás, bobo? Andá para allá, bobo” de Messi en el Mundial de Catar, apareció en la oficina del 9 para decretar el 4-1 final que casi resuelve la llame o al menos le da mucha tranquilidad al equipo inglés para la revancha. Faltó un poco para que la revancha fuera total, pero la victoria, después de la humillación de Anfield, sin duda reconforta.
