No la pasa bien Jeison Murillo en Sampdoria. Su equipo es penúltimo en la Serie A (19º con 9 puntos) y es uno de los candidatos al descenso en la temporada 2022/2023. Es por eso que la situación es crítica y se han empezado a meter con los dirigentes de una forma macabra.
Este lunes, al club genovés llegó un sobre en blanco con una bala de escopeta dentro y una carta con una amenaza: “Esta vez es de fogueo, la próxima será de verdad”.
Los hechos ocurrieron en la sede del club, en Corte Lambruschini (Génova, norte), y el mensaje estaba dirigido a Edoardo Garrone, expresidente del conjunto genovés, y a Massimo Ferrero, el máximo accionista desde 2014.
La división de investigaciones generales y operaciones especiales (DIGOS, por sus siglas en italiano), organismo que pertenece al Ministerio del Interior, está investigando la procedencia de la amenaza.
Sampdoria vive una situación deportiva complicada que se ve agravada por los problemas económicos del club y que la afición achaca a la gestión Garrone-Ferrero. A Ferrero, que lleva al frente desde 2014, se le culpa de la gestión económica; mientras que a Garrone se le echa en cara la mala elección de dejar a Ferrero como sucesor en el cargo de máximo responsable.
Esta misma mañana, un grupo de 70 aficionados protestó contra ambos en la sede del grupo ERG, cuyo presidente es Garrone. Los hinchas, según informan los medios locales, encendieron bombas de humo y colocaron una pancarta con el mensaje “Garrone-Mondini, qué vergüenza”.