Atalanta no lo pasaba bien hasta que se juntaron los colombianos. Así, tal cual. Atalanta superó a Nápoles en un segundo tiempo trepidante y dejó en el aire una lección: ¡Muriel y Zapata sí que pueden jugar juntos!
Era una noche plácida desde el inicio, con un Muriel que alertaba a los 4 minutos pero sin la suficiente dirección y un Zapata que avisaba que sería él, de nuevo y como corresponde, el referente en el área.
A los 25 se iba expulsado el técnico Gasperini por gesto inapropiado al juez central y a los 32, apenas a los 32, se animaba por Gosens a un remate desviado al arco de Nápoles. No era lo usual para un equipo atacante como el local...
Pero llegaría el complemento y con él la auténtica conexión Colombia: le quedó al fin un camino libre a Muriel, quien fue por banda y le metió un centro hermoso, directo a la cabeza de su compatriota y por fin hora de celebrar el 1-0.
A los 56 un pestañeo se cobraría con el gol de Zielinski, quien apareció entre los centrales para el 1-1 parcial, pero Atalanta tenía inspiración colombiana: la inventaba Muriel, pase a la derecha para Zapata y centro del vallecaucano para un Gosens que acompañaba y definía impecable para el 2-1.
¿Y Muriel no celebraría el suyo? ¡Claro! A los 71 dejaba sembrado al pobre Rrahmani en la marca para el 3-1 parcial. Otra vez vendría el suspenso cuando Gosens por despejar la metió en su arco, pero a los 79 volvería la calma gracias a l tanto de cabeza de Romero que desató la fiesta en Bérgamo
¿Funcionan los colombianos juntos? ¡Pero cómo no Gasperini! ¡Cómo no Rueda!