Randall Rodríguez: ese es el nombre que quedará grabado en la cabeza de los 28,000 espectadores que se acercaron al Estadio Nemesio Camacho El Campín. El guardameta de Uruguay fue sin duda alguna la gran figura del partido despejando cualquier tipo de incursión de Colombia. Llovieron centros al área, hubo manotazos del portero que impactaron el travesaño, pero nada pudo parar al excelente arquero que negó cualquier opción.
En contraparte, Colombia sufrió con los pocos ataques de Uruguay en el segundo tiempo y un error de Luis Marquines, contrario a la noche que tuvo Randall Rodríguez significó la apertura en el marcador a través de Facundo González, y a la postre, la consolidación de la victoria celeste. Pero, el resultado por la mínima parece mentiroso.
Resulta mentiroso el marcador porque desde la primera parte, Uruguay se pudo haber ido con uno o dos goles antes de abrir el partido, pero también la Selección Colombia pudo romper los ceros desde temprano. El 1-0 (porque Uruguay aparecía de local) fue suficiente si se mira el segundo tiempo de la celeste, aunque los colombianos tuvieron mayores opciones contra un Randall Rodríguez inspirado. La sensación que queda es que, los charrúas aprovechan lo que tienen para meterla, mientras que los colombianos les cuesta crear muchas opciones para finalmente certificar una chance. Así ha sido en todo el Sudamericano, y de esta manera analizamos la derrota y el final del invicto:
Con Puerta o sin Puerta no hay muchas ideas: si bien la Selección Colombia necesitó el regreso de Gustavo Puerta, nuevo jugador del Bayer Leverkusen, pero antes jugará en el Nuremberg, la presencia del capitán fue vital para el mediocampo en ese pivote de marca con Jhon Vélez. Sin embargo, el juego fue muy desesperado y con centros y disparos de larga distancia fueron las únicas maneras de acercarse. Tuvo Óscar Cortés un mano a mano que ganó Randall Rodríguez, Puerta un cabezazo donde se volvió a hacer gigante el guardameta, pero la realidad es que no hay alguien que elabore una acción o colectiva que conduzca a un gol.
La banda derecha fundamental en el primer tiempo: se vieron excelentes relaciones por la derecha con la salida de Édier Ocampo que estuvo un poco revolucionado con centros y disparos que pusieron en problemas a Randall Rodríguez al igual que la sociedad que elaboró con Alexis Castillo Manyoma que en esta ocasión, estuvo más sintonizado con el juego. Por la izquierda, Andrés Salazar no subió mucho al campo rival y no pesó el ataque por ese andarivel.
Reflejo del Sudamericano en ataque: sin un Jhon Jáder Durán el ataque de la Selección Colombia se ha visto un poco mermado. Aunque llegan y mucho, ni Ricardo Caraballo, ni Alexis Castillo, ni Isaac Zuleta que ingresó en el segundo tiempo pueden lograr anotar goles. Es el gran problema que ha tenido, pues en esta ocasión se encontraron con un muro como Randall Rodríguez, pero es curioso que hayan llegado más de cinco veces y no logren anotar ni un tanto. Ha sido la tendencia durante todos los compromisos: llegan harto, pero no hay quien concrete y los goles han llegado de volantes o extremos. El único fue de Juan David Fuentes que no arrancó.
Faltó Daniel Luna: la ausencia de Daniel Luna se hizo notar. Era el diferente en especial contra Argentina en los primeros minutos. Viajó a España para ser presentado con el Real Mallorca y no pudo estar. Su creación, su juego individual era un componente vital para ganar en velocidad, jugar con sus compañeros y desequilibrar la zaga celeste. No hubo un Luna igual en el campo de juego.
Juan Castilla: el volante demostró mucho compromiso y esfuerzo, le pesó un poco la altura, de hecho un poco más que a los uruguayos. Remató de media distancia y entró al área en varias ocasiones. Fue un soporte en el mediocampo con Gustavo Puerta y tuvo mucha llegada al arco rival con disparos de lejos, esa fue la vía en varios momentos para Colombia.
Randall Rodríguez magistral, Luis Marquines pecó: todo el partido tuvo una guerra entre los arqueros. Randall Rodríguez también dejó muchos rebotes en la primera parte con remates de larga distancia de Édier Ocampo. Luis Marquines demostró la inseguridad que al fin y al cabo le terminó cobrando a la Selección Colombia con un groso error que terminó en un gol de Facundo González. La guerra la ganó el uruguayo que se hizo gigante en cabezazos de Gustavo Puerta que finalmente desesperaron al combinado nacional colombiano terminando sin ideas.
Édier Ocampo opacó la gran defensa: en salida uno, en defensa otro. Pecó en una infracción tonta donde se ganó una tarjeta amarilla evitable, y ahí llegó el único tanto. Manchó toda la zaga defensiva con su error, pues Kevin Mantilla y Fernando Álvarez tuvieron un gran partido, especialmente Mantilla cerrando en la raya goles cantados de Uruguay. Pecaron mucho atrás realmente.