Intimidad de un encuentro cálido y abierto con Queiroz, DT de Colombia

Detalles de la tertulia del entrenador con periodistas en Bogotá: dudas, certezas y bromas.

Carlos Queiroz

Carlos Queiroz

Foto: Cortesía de FCF

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04 de abril 2019 , 06:09 a. m.

Carlos Queiroz quiere tener un poco de cirujano y otro tanto de compositor. Del primero busca la precisión para tomar decisiones acertadas cuando llegue su hora de competir y del segundo, si todo sale como espera, anhela tomar la inspiración para componer un bolero, grabar un disco y quizás, por qué no, vestirse de campeón en Colombia.

De todo habla con franqueza, como quien no sabe —o no quiere recordar— que está rodeado de cámaras, en plena era de redes sociales. Mira directo a los ojos de quien le pide que cuente qué lo ha sorprendido en estos primeros días como entrenador de la Selección Colombia y, con una sonrisa amplia y cálida, confiesa: “En la concentración nos pusieron a cantar y danzar. Es una tradición para los nuevos. No sé si salimos bien o mal, pero al día siguiente todos preguntaban por los portugueses… Elegí un bolero, una letra que adaptamos y que espero, después de ganar la Copa América, juntar a los jugadores y grabar un CD. Si un día termina el fútbol, algo tendrás que hacer…”.

Y es que así, en tono de broma, siempre que se lo permiten, va bajando la tensión el portugués que hoy maneja los hilos de la Selección nacional, mientras repasa las preocupaciones y las certezas, las metas y proyectos, las obligaciones y las licencias propias del recién llegado, ese que, envuelto en la comodidad de los jeans y los zapatos deportivos, el reloj Hublot de la mano izquierda y la pulsera dorada de la derecha, no tiene todavía razones para perder la sonrisa.

Las metas… y las lesiones

Más serio parece Queiroz cuando pasa a la faceta de cirujano que ha aprendido a explotar en más de dos décadas como entrenador y que ahora necesita implementar en Colombia: “Tenemos un grupo de 38 jugadores de primer nivel, tres jugadores por posición, cinco arqueros. El 90 por ciento de jugadores de la Copa América saldrán de ese grupo. Tenemos 1064 jugadores que están jugando en primera división en todas las ligas del mundo, eso es el tercer país que más exporta jugadores en Suramérica. Pero la decisión final debe ser quirúrgica porque no hay tiempo ni amistosos, hay que tener la certeza de que estén los más talentosos y los que lleguen en el mejor nivel”, dijo.

De un universo enorme ha sido capaz de elegir a 23, cuando bien pudo llevar a 30 a su primera gira amistosa en Asia. Ocurre que para él, menos es más: “La tentación era llamar a 28 jugadores pero con dos partidos vas a conocer poco de muchos, lo otro era conocer mucho de menos jugadores. Por mi experiencia, preferí lo segundo. La única manera de conocer a los jugadores es verlos jugar, darles experiencia y no se gana de otra forma. Hay que tener más jugadores preparados para competir cuando sea necesario porque, por ejemplo, nunca me pasó perder tantos jugadores en una convocatoria: Ospina, Arias y Quintero. Hay que tomar riesgos, confianza en las decisiones que tomé”.

Esa tranquilidad le permite además no dramatizar frente a decisiones que no están en sus manos, c puntualmente la cancelación del microciclo que esperaba hacer en el país con jugadores del medio local: "Cuando vimos las fechas, había hasta 20 jugadores que no podrían estar, la productividad sería muy pequeña así que se canceló. No estamos para tener enemigos y sí aliados. Queríamos ver jugadores jóvenes, de 23 o 24 años”. ¿Quiénes? Por una única vez, cerró la puerta: "eso es secreto”.


Lo que sí es público y llega a borrar las líneas de expresión alrededor de su boca son las lesiones de jugadores que son, antes y ahora, fijos en la Selección. “La preocupación principal que tengo son los lesionados del equipo titular de Colombia. Mi opinión es que hay una sobrecarga de partidos en ellos y no tienen descanso: 2015, tienen Copa América, 2016 otra Copa, 2017 eliminatoria, 2018 Mundial.

¿Cómo resolverlo? “Mi trabajo es tener las manos en el presente y los ojos en el futuro. Desde el primer día estamos trabajando en esto: tengo una persona con Mina y otra con Cuadrado. Los laterales zurdos, Fabra y Mojica, los centrales Zapata y Mina, todos me tienen preocupado, pero estamos haciendo un acompañamiento día a día, buscando la certeza de que puedan estar para la Copa América”.

Su plan para combatir esa saturación de partidos se resume en una sola palabra: descanso.

“Espero evitar la fatiga mental de los jugadores. Por eso los que terminan primero su competencia, hacia mayo en algunas ligas europeas, la idea es que vayan a sus ambientes. Hacia el 3 de junio tendremos un periodo de trabajo en Bogotá pero con periodos cortos, con 2 o 3 días de descanso para que estén con sus familias. Nos vamos a quedar aquí del 2 al 7 de junio y después vamos a Lima, jugamos el 9, volvemos para completar el resto de la preparación y estar listos para el debut contra Argentina”, reveló el DT.


El sello Queiroz

Con la plantilla físicamente apta y relajada tendrá Queiroz su lista de asuntos resueltos. Sin eso, tendrá que encontrar, cuanto antes, a esos tres jugadores por posición que le permitan competir al máximo nivel sin perder identidad, esa que para él es el gran patrimonio del fútbol colombiano. "Colombia tiene un potencial genético y pasión y si tienes eso, lo tienes todo. Hay que encontrar un plan para que todos trabajen en la misma dirección”, comentó.

Y por esa vía va su filosofía de sacrificio y trabajo intenso, sin importar la ubicación en el campo ni la circunstancia de ser titular o no: ¡todos a una, como Fuenteovejuna!: “Cuando defendemos, todos somos defensores; cuando atacamos todos lo son. Unos a la primera línea y otros a la segunda o a la tercera, simplemente. Lo importante es crear un concepto de responsabilidad, de disciplina dentro del campo”.

Disciplina. Capítulo aparte y aviso para quien quiera ser, en esta nueva etapa, parte de la Selección: “Me encanta la disciplina, me comprometo, no lo negocio. Lo entiendo como una forma de liberación de los jugadores. Si cuidamos esos detalles podemos ganar el próximo partido y el que sigue y, si lo hacemos así, vamos a ser campeones. ¿Cuántos salen campeones? Todos lo sueñan, es lo fácil. Pero salir a la calle a las 4 de la mañana para empezar a trabajar para eso no es para todos y ahí se hace la diferencia”.

El sello cubrirá todas las selecciones nacionales, para aprovechar su experiencia como campeón mundial juvenil con Portugal. Eso incluye a la Sub 17 que viene de tropezar en el Suramericano y a la Sub 20 que avanzó con una gran dosis de suerte al Mundial de Polonia: “Tenemos que decidir, en esas categorías o ganamos o enseñamos. Para mí es momento de enseñar. El presidente (Jesurún, de la FCF) me ha encargado hacer un plan para eso y poner a las mejores personas, que para mí son los que vienen con estos procesos ahora, personas talentosas y comprometidas y que conocen el proceso, porque no podemos empezar y terminar ciclos cada vez que termina un torneo. Con las Sub-15, Sub-17 y Sub-20 todos tenemos que trabajar para el mismo lado, como un equipo olímpico de remo, todos en una sola dirección”.


Del Jetlag a la innovación


El camino recién empieza pero ya hay en la libreta una primera decepción con nombre y apellido: Corea del Sur. “No lo dudo, mi única decepción hasta ahora es perder con Corea, nunca me había pasado las veces que lo enfrenté. Me despierto todavía a las 3 de la madrugada y lo recuerdo, comía la merienda y me decían ‘tienes JetLag’ y yo decía no, tengo ‘JetCorea’”.

La suerte es que la revancha está a 73 días, en el debut de Colombia contra Argentina en la Copa América y que el tiempo, por primera vez, le juega a favor para cumplir otra de sus obsesiones, la innovación: “No harás de Colombia el mejor equipo de América con modelos viejos, haciendo siempre las mismas cosas. Para subir al chárter de la modernidad, tienes que atreverte a innovar”.

Ahora que no lo trasnocha Corea mira al futuro desde la paz de su presente: “No puedo quemar puentes que han sido caminados muy bien en el pasado, eso sería una tontería. Colombia necesita precisar conceptos, no revoluciones”.

Queiroz entiende que su paso por este país no le atribuye poderes especiales y quiere seguir siendo, a pesar de lo que venga, un medio entre el equipo y su dueño: la gente. Sonará populista, pero no por eso deja de ser cierto. Después, a la luz de los resultados, espera lucir su más auténtica sonrisa.

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