Rafa Benítez fue despedido de Everton con un argumento inapelable: perdió contra el colero Norwich (2-1) y su equipo está a solo 6 puntos del descenso, lo que no se compadece con la expectativa al momento de su contratación, como remplazo de Carlo Ancelotti.
“Sabíamos que no sería fácil y que era un gran desafío, tanto a nivel emocional como deportivo”, escribió Benítez en su sitio web. “Mi amor por esta ciudad, por Merseyside y su gente, me hizo aceptar este desafío, pero solo cuando estás adentro te das cuenta de la magnitud de la tarea", añadió.
“Desde el primer día mi personal y yo trabajamos como siempre lo hacemos, con compromiso y dedicación total, no solo teníamos que obtener resultados, también teníamos que ganarnos el corazón de la gente", apuntó.
Y entonces abrió el paraguas: “sin embargo, la situación financiera y luego las lesiones que siguieron hicieron las cosas aún más difíciles. Estoy convencido de que hubiéramos estado mejor con la vuelta de los lesionados y con la llegada de los nuevos fichajes", dijo.
“El camino al éxito no es fácil y lamentablemente hoy en día en el fútbol hay una búsqueda de resultados inmediatos y cada vez hay menos paciencia; lamentablemente las circunstancias han determinado los resultados y no será posible continuar con este proyecto", concluyó, en una recriminación hacia los directivos.
Aunque envió sus mejores deseos, nunca asumió responsabilidad en la mala campaña de Everton en la Premier League y ahora las críticas abundan.