Al menos por ahora. Al menos esa es la conclusión hace ya rato, desde que Carlos Queiroz tomó las riendas de la Selección Colombiana de fútbol y su férreo 4-3-3 del que profesa profunda admiración. El acelerador futbolístico está a fondo. Los nombres de la convocatoria realizada pensando en afrontar los partidos amistosos ante Brasil y Venezuela están llenos de velocidad. No tanto de ideas.
Los ideólogos en estas formaciones y de acuerdo a la generación que hoy por hoy tiene las responsabilidades de jugar en el equipo nacional han sido James Rodríguez -obvio ausente por el pérfido ensañamiento del sóleo frente a su continuidad- y Juan Fernando Quintero. Los dos tuvieron sus oportunidades en Brasil y Rusia donde lógico, demostraron su valía. James siendo mucho más laxo a la hora de posicionarse en el campo ejerciendo varios roles dentro de un sistema, cosa que en el caso Quintero -que ya casi está listo para terminar su proceso de recuperación- no parece ser tan evidente.
Sin embargo opciones emergen: la del siempre cuestionado Edwin Cardona, con sus ojos chinos que le costaron sangre, pero con el recuerdo de su permanente aporte en los momentos más complejos de las eliminatorias; Benedetti, que anda por México... No abundan tanto en el fútbol -y por eso son tan importantes- esos hombres encargados de tomar un respiro dentro de la cancha para que haya una pausa, un ritmo, una cadencia futbolística. Y Cardona, que es más que un 10, porque también ha demostrado facilidad para acomodarse en algunos lugares del campo -escorado por izquierda e incluso como un acompañante del primer volante de marca para catapultar juego largo desde ese sector- tenía esas cualidades. Pero no lo convocaron.
Sin ellos se dependerá mucho del manejo de las velocidades de este grupo de convocados. Y de la construcción de ejes futbolísticos. No parece tan sencillo de acuerdo a los nombres: hay vértigo, claro, con Díaz, Muriel, Martínez, Berrío -sorpresivo su llamado- Cuadrado, Yairo Moreno... y esa es la apuesta de acuerdo a la lista. Acelerador a full, menos pausa, menos respiros.
Es lo que hay por ahora -salvo la excepción ya mencionada de Edwin Cardona- y con sus hombres Carlos Queiroz pretenderá buscar un nuevo paso en eso de encontrar un estilo y de hallarlo, claro, con el cinturón de seguridad puesto.