En su primer ciclo, Miguel Ángel Russo dejó un saldo de 30 vicotrias, 12 empates y 14 derrotas en 56 partidos.
Russo siempre mostró a un Boca equilibrado, recibiendo 56 anotaciones en contra y logrando convertir 102 a favor en competencias nacionales e internacionales.
En los partidos amistosos Russo también tiene buenos números, pues jugó 11 partidos de los cuales ganó seis, empato dos y perdió tres.
Su mejor partido a cargo de Boca fue en la final de la Copa Libertadores 2007, cuando en el partido de ida goleó a Gremio por 3-0, en lo que posteriormente sería la consagración continental.
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