Atrás quedaron los tiempos de inmadurez, de las expulsiones, de las pataletas, de entrenar a media máquina, de ser criticado por propios y extraños. Edwin Cardona es otro. Definitivamente su marcha al exterior, para jugar y ser figura del Monterrey, de México, y el hecho de convertirse en hombre importante con la Selección Colombia, con la entera confianza de José Pékerman y de su cuerpo técnico, le sirvieron y mucho.
Aunque el profesor Juan Carlos Osorio, cuando lo tuvo en Atlético Nacional, le dio puntadas, le hizo cambiar comportamientos y lo convenció de ser más solidario en la cancha; ahora el volante antioqueño es un jugador más completo, eficaz, colabora en la marca, va y viene por su banda izquierda y es indiscutiblemente una de las figuras de la Selección Colombia en el gran arranque, con dos victorias, sobre Estados Unidos y Paraguay, en la Copa América Centenario.
Hoy a Cardona nadie le puede reprochar absolutamente nada. El antioqueño, de 23 años, pasó de ser suplente a convertirse en pieza clave del esquema que maneja Pékerman con Colombia, se convenció de sus inmensas condiciones y si sigue así, seguro en poco tiempo lo veremos codearse con los grandes del planeta fútbol.
El jugador del Monterrey, por lo visto en Estados Unidos e incluso por lo que hizo en los triunfos de Eliminatoria sobre Bolivia y Ecuador, solamente es superado por James Rodríguez, Juan Guillermo Cuadrado y Carlos Bacca, nuestros jugadores top en la Selección.
De seguir así, su permanencia en México será imposible y se vendrá Europa, en donde de seguro podrá sobresalir, porque hoy es el señor Edwin Cardona. Señor jugador en la cancha y señor por fuera de ella, ya que desde hace rato no se tiene queja de él. ¡Esperamos que siga así, la fama, el dinero y el reconocimiento lo esperan!
Óscar Ostos
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Foto: Juan Diego Buitrago/ETCE