Linda Gaviota

Opinión de Julián Capera sobre Linda Caicedo, figura en Selección Colombia Femenina.

Julián Capera

Julián Capera

Foto: Archivo particular

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18 de agosto 2022 , 03:31 p. m.

Linda es también Gaviota, como el nombre de aquel barrio de calles rotas en Villa Gorgona que la vio despegar, esquivando huecos, piedras y rivales; eludiendo niños más grandes y más fuertes que ella desde el día que llegó -con cinco años- a la escuela para varones Real Juanchito. Camina, corre, nada, vuela y se zambulle. Y todo parece hacerlo bien. El viento sopla a su favor: la impulsa, la eleva y la sostiene.

La FIFA la pone en el mismo muelle de Marta y Megan Rapinoe, quienes han sabido conquistar mares y cielos. El Barcelona coquetea con su representante y Carles Puyol almorzó hace algunas semanas con sus papás. Faustino Asprilla la gradúa de ´fenómeno mundial´ y acepta con regocijo que la comparen con él. Fue elegida la mejor jugadora de la Copa América y es la principal responsable de la clasificación de Colombia a los cuartos de final del Mundial Sub-20. Todo esto teniendo aún tarjeta de identidad.

Su fútbol enamora y su cosecha temprana alienta el vuelo. Sin embargo, hay que cuidarla de las corrientes de aire que en algún momento vendrán y podrían sacudir el viaje. No hay que poner en sus alas más peso del que una niña de diecisiete años, por talentosa que sea, debería cargar. Algunas veces las expectativas sobredimensionadas parecen mutar rápidamente en obligaciones, y cuando éstas no se alcanzan en el plazo inmediato las rosas se convierten en cactus.

El país de águilas cazadoras de memoria corta, pico afilado y lengua larga ya le está exigiendo al equipo de Linda derrotar a Brasil y avanzar a la semifinal de la Copa del Mundo. Todo lo demás sabrá a poco. Se nos olvida a veces con mucha facilidad que hay un ecosistema entero que influye en los tiempos de viaje. Pasamos por alto, por ejemplo, que al frente está el equipo que ha ganado todas (9) las ediciones de los Sudamericanos Sub-20. Obviamos también que hoy Colombia no tiene liga y que el desprecio al fútbol femenino ha sido una constante. Los buenos resultados recientes obtenidos en todas las categorías obedecen más al talento desbordante de nuestras jugadoras que a proyectos serios de las instituciones a cargo.

Y no es un llamado a conformarse con volar bajo. Por supuesto que Colombia tiene argumentos para competir y para ilusionarse con otro batacazo como el de la primera fecha cuando derrotó a Alemania, equipo tres veces campeón juvenil. Pero si no llega a pasar, ojalá no vengan las piedras a las gaviotas. Ojalá no aparezcan los graznidos y trinos que se dejaron escuchar y leer, por ejemplo, el día de la final de la Copa América en nuestro país.

Qué las redes de las redes y los micrófonos no alcancen esta gaviota. Qué pueda volar alto y lejos, pero sobre todo en sus modos y sus tiempos. Qué pueda disfrutar el viaje desde ahora y hasta que sea un ave con muchas millas, muchas historias y muchos cielos conquistados. Vuela, Linda.

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