Hay que sentarse a reconstruir la historia y esa sí que es una labor que merece ser resaltada y reseñada por las dificultades que ofrece, los retos que otorga y los sobresaltos que aparecen inesperados a la hora de ir juntando los eslabones y que el relato pueda cerrar de manera armónica. La labor detectivesca y arqueológica que supone la dedicación para quitar la maleza del camino con tal de reedificar un relato, es de valientes.
Hace ya un par de años Mauricio Silva -gran periodista, dueño de una maravillosa pluma y curioso como el que más- se le fue sembrando de a poco una idea que nunca se había concretado y era la de contar cómo fue que Millonarios alguna vez supo ser el club más poderoso del mundo. Y echando mucha cabeza se juntó con Felipe Valderrama -tipo inquieto si los hay y al que no lo doblega eso de carecer de pistas para poder resolver un misterio histórico- con el fin de transformar un mito en un texto de 310 páginas llamado “El mejor equipo del mundo”, que pudiera validar una de las mayores tradiciones orales del fútbol colombiano, que no es más ni menos que hacer una disección perfecta del origen de aquel ballet azul que maravilló al planeta entre 1949 y 1953, tiempos dorados para la institución que adquirió su gran fama a partir de lo que fue esta primera piedra.
Entonces rebrujaron en cuanto archivo pudieron y se las arreglaron para hallar fotografías inéditas y desconocidas de lo que fue ese proceso sumamente exitoso. Cotejaron tablas, posiciones y resultados para no ir a cometer imprecisiones llegaron a los sitios en los que los protagonistas y a partir de entrevistas con familiares de aquellos cracks, ir formando poco a poco un libro sólido, sin grietas, pero eso sí, lleno de zaguanes y resquicios por los que hay que entrar, si es que se quiere conocer bien de cerca la hechura misma de aquel equipo perfecto y maravilloso y las intrigas e inconvenientes que en aquel entonces, surgieron para que pudiera ser una realidad. Porque no fue una simple cuestión de desembolsillar y listo: fue toda una maniobra dirigencial de seducción, pero también de persistencia en pro del convencimiento y fue enfrentarse a organizaciones que peleaban por sus propios intereses para lucrarse y para torpedear una buena idea, muy al estilo colombiano de no dejar hacer las cosas si es que no aparece un beneficio sobre la mesa.
Y en este libro editado por Planeta, se redescubre el mito; mejor dicho, se reafirma la idea de que no fue un mito, sino una realidad eso de hablar de un equipo de galácticos y que, en efecto, fue clave en el desarrollo de una liga incipiente. Julio Cozzi, Néstor Raúl Rossi, Adolfo Pedernera, Alfredo Di Stéfano, Francisco “Cobo” Zuluaga y muchos nombres más que se unieron a la legión inolvidable de un club que fue depositando en su ADN la idea de grandeza y que en algún momento se desvió por cuenta de sus crasos errores administrativos y deportivos.
Por eso hay que leer este libro; para entender y comprender el origen de Millonarios y sus metas desde sus inicios. Y para lamentarse de algunos ineptos que, desde el escritorio, pensaron que era digno abrir las puertas a hombres como Di Filipe o Caiaffa, sabiendo que esa camiseta había sido vestida por Rossi y Di Stéfano.