Desconocidos que dañan

Opinión de Nicolás Samper sobre el comportamiento de hinchas en los estadios.

Nicolás Samper

Columnista Futbolred

Foto: A. particular

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19 de marzo 2019 , 12:13 p. m.

El fin de semana pasado celebraban un gol Pablo Cepelini y Hernán Barcos. Todo simple, todo normal. De pronto entró al campo un sujeto a bravearlos. Un tipo que estaba en la tribuna, lugar del que no debió salir, pero ingresó al terreno de juego pensando que su acto de supuesta valentía, el de presionar y querer meterle miedo a los futbolistas, iba a convertirlo en el héroe de su propia vida. Fue sancionado aunque la verdad la sacó barata: tres años sin poder ingresar al estadio. El castigo tuvo que ser otro porque un tipo que no es capaz de contenerse debería nunca más en la vida volver a ingresar a cualquier recinto deportivo.

Es una cuestión de lógica. Las leyes ante los ingresos de fanáticos a las canchas tendrían que ser mucho más fuertes porque bastante se ha avanzado pero todavía falta para que haya completo orden. Hace ya varios años en Glasgow hubo un caso ejemplar: jugaban por Champions League Celtic y Milan. En el minuto 90 el equipo escocés consiguió un tanto que le dio el triunfo ante el gigante italiano y mientras los jugadores del Celtic salían a celebrar lo que era una verdadera hazaña deportiva, teniendo en cuenta la disparidad de fuerzas que estaban en el el campo -de un lado la grandeza de antaño convertida en modestia contemporánea del Celtic, del otro, el poderosísimo Milan que ganaba todo cuando se lo proponía- un fanático saltó al terreno de juego para darle una palmadita poco cariñosa al portero milanista Dida en la nuca. Le alcanzó a rozar el cuello con la palma y siguió corriendo y Dida -en una acción reprochable que también tuvo castigo- se derrumbó en el césped como si le hubieran pegado un tiro.

La policía se avivó y alcanzó a capturar al hincha y la sanción de su club fue drástica pero ejemplarizante: el señor que había protagonizado semejante papelón quedaba vetado en el club de sus amores. Identificado y reseñado, jamás podrá ver al Celtic nunca más en la historia. La prohibición fue de local, visitante y en todas las canchas de Europa en las que vaya a jugar el club. Ese sujeto que se volvió famoso lleva 12 años lejos de lo que más amaba por culpa propia.

Hace poco en medio de un Birmingham-Aston Villa, un desenfrenado seguidor del equipo azul también invadió el campo y le pegó una trompada al futbolista del Aston Villa Jack Grealish: ese clásico caliente ya había producido incidentes años atrás cuando el portero Peter Enckelman -del Villa- había sido golpeado en la cara por cuenta de un gol tonto que recibió. Pues en el incidente más reciente, al fanático que osó pegarle a Grealish, también hubo resolución fuerte: 14 semanas de cárcel, veto de su equipo, el Birmingham, para ingresar el resto de sus días a partidos de la institución tanto de local como de visitante y una sanción de 10 años en las que se le prohibe entrar a cualquier estadio.

Acá en Colombia las penas son suaves. Habría que aplaudir la sanción al hincha del DIM pero no es suficiente. Por ejemplo ¿Qué pasó con la mujer que intentó agredir con una navaja a Miguel Borja en un duelo Junior-Nacional? ¿Hubo reseña, identificación, cárcel o prohibición de ingreso a los estadios del mundo de la mujer por cuenta de este hecho?

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