Gorosito y su teoría

Nicolás Samper recuerda la explicación del argentino para cobrar tiros libres. Parecía fácil.

Nicolás Samper, columnista invitado.

Foto: Archivo Particular

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05 de mayo 2020 , 05:29 p. m.

Jugaban un amistoso en 1997 la Selección Colombia y San Lorenzo de Almagro, uno de esos clubes que siempre le ha armado tierreros futbolísticos a la nacional: un par de años antes, también en Bogotá, el azulgrana bonaerense le había empacado tres a Colombia, con una gran actuación del hondureño Bennett.

Era la revancha entonces. La plantilla del club traía consigo a Néstor Gorosito y al ‘Beto’ Acosta, una de las duplas más efectivas y con mejor entendimiento en un campo de fútbol: eran como Terence Hill y Bud Spencer. Y Néstor era Terence, el tipo fino de la relación, encargado de desarrollar el encanto a través de sus engaños; el ’Beto‘ Acosta era el Spencer de este dúo, porque simplemente golpeaba y duro. Y siempre dejaba sin aire al rival, atontado por su presteza para definir en el área.

Esa tarde-noche de fútbol, los dos volvieron a hacer de las suyas en aquel amistoso que se disputó como primer acto de un doblete que tenía como duelo de fondo el partido de liga entre Santa Fe y Tolima: Acosta metió un bombazo de los suyos y Gorosito -que en serio era un fantasista con la pelota- marcó un extraordinario gol de tiro libre.

En eso era inapelable Gorosito: en los balones quietos, de falta directa, no tenía igual. Y uno, de pies redondos, siempre pensaba en las decisiones que un futbolista tendrá que tomar antes de hacer un lanzamiento de esos: ¿Cómo hago para superar la barrera? ¿Le pego sobre la cabeza del tercer integrante del muro humano o meto el balón debajo de sus pies apenas salten, tal y como hizo Quintero contra Japón?

El gran 10 -que anduvo en River, el fútbol de Austria y la Universidad Católica de Chile, además de ser integrante de la Selección Argentina- explicó su propio modelo para disparar los tiros libres y fue bien ingenioso porque esa teoría propia que lo hizo infalible la sacó de su tremenda afición al billar. ¡Y después dicen que el billar es solo para vagos!

Gorosito dijo que debe haber una cuestión matemática de ángulos. ”Yo siempre trataba de ponerme en una línea en diagonal al arco, marcando como una bisectriz con el punto del córner“. Y concluía con la teoría de levantar el balón -de acuerdo a su teoría expuesta en el programa Líbero, de TyC Sports, entre 1,70 o 1,80 metros por afuera del palo para darle margen a la comba y que la pelota pueda pasar por arriba del tercer o cuarto jugador de la barrera y terminar en la red.

Parece tan difícil. Pero para Gorosito siempre fue de lo más sencillo.

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