Fue otro día en al oficina, de esos en los que hay café premium, poco trabajo y mucho espacio para la diversión y la charla con amigos. Así, sin despeinarse, se estrenó el streamer Luis Enrique en el Mundial de Catar.
Resultó que las dudas sobre la falta de gol y las dudas que había mostrado España se resolvieron a puro gol, vértigo y precisión, contra una Costa Rica de Luis Fernando Suárez que nunca llegó siquiera a competir, que palideció ante el reto del debut y se llevó un humillante 7-0 en contra, la mayor goleada en lo que va de la Copa Mundo.
Desde el pitazo fue un dominio abrumador, que ya a los 11 minutos subía al marcador: Olmo abría la cuenta en el que ya era tercer o cuarto intento directo al arco de Keylor Navas, quien no pudo oponer resistencia a un remate impecable.
Una vez entró el primero, el siguiente no se hizo esperar: Asensio (el relegado en Real Madrid) oficiando como falso 9 apareció en el medio para meter otro remate inatajable, con mucha libertad sí en la marca, pero preciso para el 2-0.
Ni Calvo ni Duarte, zagueros costarricenses, parecieron llegar al juego y así se hizo casi necesario cometer el penalti que cambió por gol Fernán Torres a los 31, su primer tanto, porque a los 54 se reportó e nuevo para el 4-0 de la tranquilidad, aunque de eso habría muy poco.
Porque España, en vez de replegar como lo hiciera Inglaterra y darle vida al rival, no sacó nunca el pie del acelerador y por esa vía llegó el gol del jovencito Gavi (18 años) a los 74 minutos. Lo festejó, como papá orgulloso, el técnico Luis Enrique en la raya.
El que faltaba por errar, Navas, también se apuntó lo suyo: a Soler le sirvió el sexto tanto y el que faltaba, Morata, puso el 7-0 en un remate pegado al palo, imposible para el portero, en la noche de pesadilla del colombiano Suárez, a quien el sueño del título mundial simplemente se le volteó.
Nunca hizo presencia Costa Rica en el campo, no hizo un solo remate a puerta y sacó de la red cada uno de los intentos de su rival. Fue superado en cada línea por el talento y la ambición de su oponente. Duro aterrizaje para los latinoamericanos, que igual sirve a España para ponerse en la frente un rótulo enorme de favorito al título en el Mundial de Catar.