Fu un balance agridulce: se hizo la tarea, se sumaron tres puntos, se mantuvo a FC Barcelona en la mira pero hubo dos facturas que pueden ser complicadas de pagar en Champions League.
Real Madrid superó a un Valencia perdido y desconcertado tras el despido de Gattusso, que no tenía un plan distinto a aguantar. Eso, que en fútbol es firmar una derrota anticipada, acabó en un 2-0 que, sin embargo, no fue como para festejar mucho.
Lo hizo bien el visitante en el arranque, apenas tuvo una de Modric a Asensio que no logró definir y sobre el final, una falta de Benzema, previa al cabezazo de Rudiger que mandaba la pelota al fondo. Fue el juez a la pantalla del VAR y advirtió el error, con lo cual invalidó la jugada y amonestó al francés.
Pero el complemento era otra cosa: a los 51 minutos por fin abrió la cuenta el mejor equipo de la cancha, una jugada que involucró a Kroos y a Benzema y un riflazo de Asensio, con tiempo y espacio para medir el remate y meterlo pegado al palo, inatajable.
Entraba una y de ahí en más se desarmaba un Valencia que tampoco es que proponía gran cosa, ni con Cavani ni con nadie, y que veía como otra vez Benzema encontraba el callejón para Vinicius, cabalgata del brasileño y definición al palo contrario y a abrazarse por segunda vez en dos minutos: 2-0 ganaba Real Madrid.
El tema es que salieron lesionado Militao y Benzema, este último directo al vestuario en una actitud de preocupación que se propagó por todo el Bernabéu, con la semifinal del Mundial de Clubes el próximo 8 de febrero y el partido de ida de octavos de Champions League, el 21.
Casi que ahí terminaba el partido, de no ser porque faltaba una polémica. Un patadón de Gabriel Paulista a los 72 minutos contra Vinicius pudo generar una lesión grave y mereció la tarjeta roja inmediata, con el obvio reclamo de los brasileños del Madrid, con toda la razón.
Ahí sigue el 'merengue', a 5 puntos del FC Barcelona, con todo por decir, al parecer otra vez en una definición de dos en LaLiga.