Un derbi a la altura, lindos goles y gran despliegue firmaron Atlético de Madrid y Real Madrid, en justa victoria de los locales por 3-1.
Atlético de Madrid no esperaba a nadie: apenas a los 4 minutos se adelantaba en un cabezazo de Morata que celebró a rabiar, y antes que su rival entendiera lo que pasó volvió a castigar, ahora a los 18 minutos, con el gran centro de Saúl, medido a la cabeza de Griezmann, quien venció sin oposición a Kepa.
Reaccionaban los 'merengues' a medidas, con el intento de media distancia de Valverde y el sacrificio de Rodrygo volviendo a su campo para tener contacto con la pelota, hasta que llegó el descuento. Sería Kross, en una jugada divina en la que se quitó de encima la marca y soltó un remate pegadito al palo al que no llegó el gigante Oblak. Minuto 35 y había partido.
Anularían una jugada de gol dudosísima por una presunta intervención de Rudiger en el remate de Camavinga, y en la feria de reclamos, amarilla para Modric.
Pero no entendió nada el Real Madrid de lo que le pasó en el primer tiempo y Atlético le repitió la dosis: 40 segundo de juego en el complemento, centro a la cabeza de Morata y gol para el 3-1. Otra vez en la foto Alaba y otra vez a remar.
Tchouameni, Nacho, Mendy, Joselo, Díaz... esas eran las soluciones de Ancelotti en el banquillo, mientras Simeone aguantaba y refrescaba con Witzel, Azpillicueta, Ángel Correa... esa sensación de que tenía más fondo de armario.
Así se fue el tiempo y el derbi, que fue intenso, muy disputado, una exhibición atlética de aquellas, que acabó con patadas y amarillas hasta para Bellingham, que solo en ese cierre, por una violenta patada a Correa, salió en el cuadro. Pedían roja... y naranja, por lo menos, sí era.
Atlético ganó el derbi porque tenía un plan que, como siempre, cumplió a cabalidad. Real Madrid salió tal vez muy confiado y el tropiezo lo deja tercero de la Liga, a un punto de Barcelona y Girona. Adiós invicto, culpa de Atlético, que es quinto, con 10 unidades.