La polémica se vino a armar un día después de la final entre Deportes Tolima y Atlético Nacional, que dejó a este último por una victoria global de 4-3, como el campeón de la Liga Betplay.
Un gol de Jarlan Barrera en el último minuto de juego sentenció a un equipo de Ibagué que llegó a igualar la serie (victoria parcial 2-0), pero que nunca logró reponerse de un penalti desperdiciado y la expulsión del cobrador, Daniel Cataño.
Precisamente, al analizar, casi cuadro a cuadro, esa jugada puntual, vino la discusión: ¿hubo invasión de área en el momento del cobro? ¿debió repetirse? Y la respuesta es sí, a la luz del reglamento.
"La ley 14 en el procedimiento de ejecución señala, que si en el momento del cobro el defensor y el atacante invaden, pase lo que pase se debe repetir, es decir haya o no haya gol. En este caso Mier lo tapó y como los dos jugadores acortaron la distancia se debió repetir", le explicó a FUTBOLRED el analista José Borda.
Y ojo que los términos aquí no son detalles menores: la repetición de ese cobro debió hacerse por adelantamiento porque, como explica Borda, "se castiga es que los jugadores acorten distancia o se adelanten", lo cual supone que al menos dos de ellos podrían sacar ventaja de su posición en el momento en que Cataño impacta la pelota. No es por invasión de área, para ser precisos.
Ahora bien, ¿por qué esa jugada, que se analizó para la expulsión del cobrador a instancias del VAR, no encontró esa infracción previa? "Está acción es de responsabilidad del árbitro, pues el VAR solo puede intervenir si alguno de los que acorta la distancia interfiere es decir toca el balón y/o hace el gol", dijo el analista. Como ni Danovis Banguero ni Juan Fernando Caicedo Lo que significa que a quien se le pasó fue a Andrés Rojas, quien nunca se percató de lo que ocurría en el área de Mier.
Infortunadamente, el error perjudicó al Tolima, aunque vale decir que nadie se percató en el campo, nadie hizo el reclamo como sí lo hizo Nacional por la falta a Mier que acabó en la roja a Cataño, con lo cual no pasará de una queja por un error a la Comisión Arbitral y nada más... Es decir, ya ni llorar es bueno.