La victoria 1-2 de Millonarios en casa de Envigado, por mucho que pareciera un trámite, estuvo lejos de eso. Lo bueno es que, otra vez, fue una oportunidad para valorar la experiencia y el conocimiento de la nómina de su técnico, Alberto Gamero, un punto que será clave para lo que viene en Liga Betplay.
Vale recordar que el primer tiempo del azul en la cancha de Envigado fue de regular hacia abajo, cuando no logró conectar a Cataño ni Ruiz y, en consecuencia, abandonó a Leonardo Castro.
Pero ahí fue clave el manejo de la nómina de Gamero: decidido como estaba a atacar, sacó a los dos laterales, Bertel (lesionado) y Rosales, y pasó a usar tres centrales con el ingreso de Arias, con lo cual ganó un atacante más, que fue David Mackalister Silva, un socio que extrañaban Daniel Ruiz -especialmente- y Cataño y que además tuvo efecto inmediato con el gol de Larry Vásquez, jugada que partió justo del recién llegado.
Después el talento en el pase de Pereira y la asombrosa definición de Beckham Castro hicieron lo demás. Y ahí hubo minutos para Daniel Giraldo y Carvajal para el cierre hasta asegurar los tres puntos.
Pero ¿cuál es el plan de fondo? Asegurar el cupo a los cuadrangulares pero sin reventar el equipo, como ha ocurrido en pasadas fases finales. Había que llegar a esta altura con 22 puntos en la bolsa porque eso permite alternar la nómina para los partidos que vienen, que en su mayoría se resolverán en Bogotá.
Millonarios tendrá un calendario favorable: recibe a Unión Magdalena, a Junior y a Boyacá Chicó, sabiendo que a los de la Costa les cuesta mucho en la altura de Bogotá y que los boyacenses pueden llegar al final del campeonato con pocas opciones de clasificación si se mantiene la tendencia actual de resultados.
Pero de visita tiene a Santa Fe y a La Equidad, lo que significa que solo saldrá de la ciudad una vez, a Cali para medirse al América, de aquí al final de octubre, cuando se cierra la fase todos contra todos.
En todo ese camino faltan, en el peor de los casos, seis puntos. Así que ese era el verdadero plan del azul, traer a su terreno la clasificación a los cuadrangulares dándoles descansos a sus jugadores -como ocurrió con Silva, que solo jugó 45 minutos en Envigado- sin la premura de los puntos y encontrando soluciones por la vía de la rotación. Después se verá cuando los ocho inauguren otro torneo. Pero por ahora el plan se cumple sin novedad.
