Últimos pasos de un ídolo azul: ‘el misionerito’ Carlos Ángel López

El exjugador de Millonarios y su familia en Argentina revivieron días de gloria en Colombia.

Carlos López

Homenaje a Carlos López en Bolívar

Foto: A. particular

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19 de abril 2019 , 08:02 a. m.

Posadas es la capital de la provincia de Misiones en Argentina. Limita con Encarnación (Paraguay) y en apenas seis minutos, previa utilización de un tren que cruza el imponente río Paraná, se pasa a esa linda localidad gaucha. Allí existe una parte de los gratos recuerdos de los hinchas de Millonarios y de los aficionados al fútbol suramericano en la década de los 80’.

Es la ciudad que vio nacer a Carlos Ángel López, el ‘Misionerito’, como se le conoció siempre al talentoso volante creativo que con su prodigiosa zurda ponía la pelota donde quería, como con la mano, con pasmosa facilidad. Así hizo goleadores, entre otros, a Alejandro Esteban Barberón, Oswaldo Marcial Palavecino, Wílmar Cabrera y a Arnoldo Iguarán, llevando alegrías a una fanaticada albiazul que el pasado 30 de septiembre recibió la triste noticia de su desaparición.

López no murió como hubiera querido su familia, gozando del reconocimiento que su natural brillantez le otorga a los ídolos. En su municipio natal no pudo fundar la Escuela de Fútbol ‘el Zurdo’ López, que se mantiene vigente en La Paz (Bolivia), gracias a la perseverancia de Carlos Rodrigo, su hijo, que vino al mundo en 1983, cuando Carlos llevaba un año en Millonarios, dirigido por José Ómar Pastoriza, y aunque no fueron campeones, la sinfonía de ese conjunto convocaba una gran cantidad de hinchas en todo el país.

Después de contactar a Liliana López, su sobrina, nos invitó al barrio Tiro Federal, en el que Carlos Ángel nació, tres meses antes de su fallecimiento caminaron a lo largo y ancho de la costanera sobre el río Paraná, terminada de construir hace una década, y que en esa búsqueda de modernismo obligó a muchos como ‘Tuti’ a reubicarse en casas muchísimos metros más arriba. Esa visita para Carlos fue como volver a vivir.

“Arrimaba acá todos los días, porque vivía en la casa de su hermana, le gustaba sentir el olor a río y eso le traía muchos recuerdos, decía ‘esto esta cambiado, recuerdo cuando era niño’, quería volver a instalarse aquí. Más allá de eso tuvieron que mucho que ver los genes paternos y maternos, toda su familia fue de jugadores, Arsenio López, Fulgencio, y Obdulio López, mi padre, Antonio Franco, que fue futbolista y árbitro”, agrega Lili.

Devolviéndose en el tiempo, sus familiares dicen que Carlos Ángel a los 11 años de edad vendió el periódico local El Territorio, y en las tardes dejaba constancia de su inteligencia y habilidad para organizar fútbol ofensivo. Cuando cumplió 15 años, su hermano mayor, Obdulio, ya estaba en Buenos Aires y era su gran referente, llevándolo a la gran capital.

“Su familia era muy humilde y para subsistir el pequeño Carlos Ángel tenía que trabajar como voceador. Cuando fue a los grandes equipos de Buenos Aires invitaba a sus compañeros a ir a su sencilla vivienda de Posadas, que no era lo que tenemos ahora; acá vinieron Óscar ‘Pinino’ Más, Ernesto Mastrangelo, J.J. López, con la gente del barrio, él era uno más. Éramos muy chicos, pero veíamos que nunca se le subió la fama a la cabeza, aparte de que en las vacaciones compartía mucho con nosotros. En el 2010 vino a crear la Escuela ‘El Zurdo’ López, una conexión con la que tiene su hijo Carlos Rodrigo en Bolivia, pero no se pudo”, dice Lili López, una de sus sobrina.

Carlos López

Carlos López y su hijo

Foto: A. particular


Julio Ramón Pintos, a quien llaman cariñosamente ‘Tuti’, lo conoce desde niño, a su lado ofreció el diario por las calles, y recuerda que ‘Perico’ Pérez, Norberto Alonso, Ernesto Mastrangelo, la ‘Gallina’ Merlo, estuvieron entre sus compañeros de River. En 1970 los jugadores hicieron un paro, junto al director técnico. Entonces, los directivos le encomendaron el equipo al brasileño Didí que montara un equipo con los jugadores de las divisiones inferiores, y le tocó enfrentar a Excursionista, con una actuación superlativa de López, logrando el reconocimiento del entrenador, quien sorprendido preguntó quién era ese zurdo y a partir de ese momento lo llamó ‘El Misionero’, indicándole que el lunes entrante debía presentarse a la cancha de Núñez.

Una de sus mejores anécdotas viene a continuación: “River, Vélez Sarsfield y Argentinos Juniors, este último en el que cada domingo un jovencito melenudo le decía que esa camiseta 10 iba a ser para él, ese muchachito era Diego Maradona. Lo pensaba Diego y todos nosotros. En 1973 integró una selección ‘fantasma’ de Argentina, en una de las pocas que el combinado gaucho le ganó a Bolivia en La Paz”.

Luego, López disputó la Copa América de 1980 en Brasil, donde junto a Diego Maradona hicieron una jugada magistral que por poco termina en gol del ‘Misionerito’ en el arco de Leao.

“Después del desenlace, nosotros vimos su última visita como la gran despedida, los últimos días Carlitos fue visitando e insistiendo en todo Posadas como para poder volver y trabajar al fútbol, ya que la atmósfera de Bolivia no era buena para su salud, él quería venir a reivindicarse, pero no logramos mucho con los clubes, solo la gran esperanza de hacer un libro de su vida”, agrega Lili.

Joel Orlando López es otro sobrino del ex jugador argentino, muy cercano a él en su juventud: “Lo disfruté bastante, viví con él en Buenos Aires, jugué al fútbol allá, practiqué en River y en Excursionista, de pronto no tenía mucho tiempo para mí porque todos sabemos lo que es el fútbol profesional”.

Afirman que Carlos Ángel padecía inicialmente de presión arterial ante los efectos que hizo en su cuerpo la altura de La Paz, aunque ese es un problema de familia. Por eso quería quedarse en Misiones. En el 2017 le tocaron de nuevo la puerta desde Bolivia, donde se quedó en 2017 y 2018, pero ese último año hizo una estación en Jujuy, donde su hija Sabrina Johana López. Sin embargo, repentinamente un Mal de Parkinson leve se convirtió en crónico en apenas tres meses, minando su organismo, que se siempre fue delgado, como se le vio en los estadios de Colombia y Suramérica, desparramando calidad a montones.

Al momento de su presencia en Posadas, varios amigos y familiares quisieron gestionarle una pensión o encontrarle oportunidad en clubes locales de tercera división como Guaraní y Tigre , no tenía aún los 65 años que exige el Gobierno argentino, pero no alcanzó, por lo que ahora esperan consumar el sueño del libro. “Dios necesitaba un número 10, por eso se fue antes”, dice en medio de su charla ‘Tuti’.

Carlos Rodrigo, su hijo bogotano

Por su parte, Carlos Rodrigo López Gaitán es secretario del Canciller de Argentina en Bolivia. Nació en Bogotá el 17 de junio de 1983, cuando su padre jugaba en Millos, pero tiene pocas remembranzas de su infancia en la capital, porque allí estuvo poco tiempo antes de devolverse a Argentina y regresar al país al Junior de Barranquilla.

“Siento un amor grande por la gente de Colombia, mi papá y mi madre me hablaron siempre de personas muy amables, muy respetuosa, que siempre admiró a mi padre por lo que fue, es triste decirlo, pero después de que él falleció, leer tantos mensajes en redes sociales me demostraron que el cariño sigue intacto, que los amantes del fútbol siguen recordando esa zurda mágica, todo eso hace que uno tenga los mejores recuerdos de la gente de Colombia. En una ocasión me tocó viajar en una ocasión a Barranquilla con una empresa colombiana en un trabajo fuera del fútbol y justo coincidió que jugaron Junior y Bolívar, no faltó el compañero que habló de mi papá y todos me buscaron para hablarme cosas muy bonitas de él, lo mismo pasa cuando estoy en Inmigración, si bien no está físicamente, por sus anécdotas y todo lo que viví con él, estará presente por siempre”.

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Carlos López
Hijo de Carlos López


Con un orgullo confiesa: “Todavía no mido la magnitud de lo que grande que fue mi papá, uno sale por la calle y de todos lados hablan del ‘zurdo’, ‘maestro’, ‘Carlos’ y uno se va acostumbrando a que eso ya es normal, pero es muy satisfactorio recibir ese reconocimiento de los hinchas por lo que fue dentro y fuera de las canchas”.

Sus padres llegaron a Bolivia en 1985, cuando el niño tenía 2 años. Señala que “en este país siempre me abrieron las puertas, en su momento a mi papá, acá te hacen sentir como un boliviano más, esa es la razón para haberme quedado, mi esposa, Paola Castellón, es nacida aquí, con la cual este año cumplimos 18 años de casados y 19 años de juntos, nos casamos muy jóvenes, casi terminando el colegio; tengo dos hijas, una de 12 y otra de 17 años: Natalia Paola y Brisa Luciana”.

“En cuanto a la parte futbolística de mi padre en Bolivia, es como hablar de lo que hace Messi en Barcelo, a Dibala en Juventus, o lo que en su momento fue Riquelme en Boca y Gallardo en River. Todo lo que se trataba de él era positivo, después de que decidimos quedarnos en Bolivia seguí su legado, tal vez no tuve la suerte de seguir su carrera, sabía que igual a él, imposible. Sin embargo, acá jugué tres años en primera división en Iberoamericana, un equipo que ya desapareció por una mala administración dirigencial, irónicamente él fue figura en Bolívar y yo jugué en The Strongest, que es el clásico, allí estuve un año y fui campeón en 2004. Hasta el 2007 estuve como profesional, luego pasé a la segunda división hasta el año pasado, pero en Bolivia es muy amateur y uno no puede vivir de eso”.

‘Rodri’, que tiene las tres nacionalidades, sostiene que su padre se graduó de técnico, dirigió a varios equipos, “pero siempre le gustó la formación de jóvenes, tenía escuelas y por diferentes motivos las cerraba. Pero después del 2006, que yo dejé de jugar profesionalmente, empezamos a compartir el trabajo. En 2012 nació la Escuela ‘El Zurdo’ López, nos estaba yendo muy bien, pero entré a trabajar a la Embajada y no podía colaborarle en todos los horarios, él volvió al Bolívar y la escuela cerró, pero no hay comparación cuando ya no puedes trabajar con tu padre”.

Carlos Rodrigo concluye “pasó el tiempo y este año hace dos meses, con mi amigo Óscar Loza, nos reunimos y salió la idea de hacerle un homenaje a mi papá con la escuela y nos está yendo muy bien, por el momento solo con la categoría Sub 17 por la disponibilidad de canchas, estamos muy felices porque le estamos cumpliendo un sueño a él, voy a continuar esto hasta que sea un club y puede jugar en primera división de Bolivia. Estoy en conversaciones también para poder hacer filiales ya sea con River, Estudiantes, Racing, o alguno de los equipos donde él jugó”.

De la leyenda del ‘Zurdo’ López en Millos, dice que “es una linda sorpresa, lastimosamente fue después de muerte que se le reconoce todo lo que hizo”.

En tanto, Lili afirma que “para nosotros es un honor recibir la visita de un periodista y a través de él a todo el pueblo colombiano, que se acuerda latentemente de Carlos, estamos muy agradecidos porque él necesitaba ese empuje cuando estaba vivo, hay que agradecerle a Dios porque nos dio la oportunidad de tener un tío famoso, muchas gracias”.

El 8 de diciembre se realiza en el barrio Tiro Federal un homenaje con el nombre de Carlos Ángel López a las personas del sector que se destacan en el arte, la cultura y la medicina. Incluso a él le dieron la de mejor ciudadano ilustre como homenaje póstumo, recibido por su familia.


Marco Antonio Garcés
Corresponsal de Futbolred en Cali-Desde Posadas (Argentina)
En Twitter: @marquitosgarces

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