Así cambió Francisco Maturana la mentalidad del fútbol colombiano

El histórico técnico contó anécdotas de su papel para convencer a los jugadores de mejorar en todo.

Francisco Maturana en Copa América

El entrenador chocoano puso el fútbol colombiano en la vitrina internacional.

Foto: Archivo ETCE

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23 de junio 2020 , 03:59 p. m.

Francisco Maturana no solo es reconocido como el técnico que puso el fútbol colombiano en la élite, luego de ganar el primer título de Copa Libertadores para un club cafetero -Atlético Nacional en 1989- y clasificar a la Selección a un Mundial (1990) después de 28 años de ausencia.

Además, el chocoano fue el primer entrenador en dirigir en el fútbol europeo -Valladolid de España- y el único que ha ganado algo con la Selección Colombia: la Copa América de 2001.

Pero el aporte de ‘Pacho’ va más allá de los títulos, de las competencias o de los partidos que se convirtieron en gestas en la década de los noventa. Maturana fue el encargado de cambiarle la mentalidad a los jugadores, para que vivieran, actuaran y se cuidaran como verdaderos profesionales.

“Antes los jugadores no eran bien vistos. No era normal que pudieran tener una novia de estratos altos, pues los veían de otra manera. Así que yo traté de enviar un mensaje de que tenían que cambiar desde la cabeza, para ser personajes importantes”, dijo Maturana en charla con ‘Espn Nexo’.

“Los jugadores coincidían con el periódico del domingo, solo para leer ‘Condorito’, ‘Mafalda’ o esas tiras cómicas. Mi propuesta era cambiar por Eduardo Galeano, Mario Benedetti o Jorge Luis Borges, para cultivar la mente y tener otros conceptos”, recordó ‘Pacho’, quien reveló más claves de la época para formar como personas a los futbolistas.

Maturana contó que antes, “cuando se esperaba un vuelo se veía a un equipo de fútbol en el aeropuerto tirados en el piso, jugando cartas. Eso pasaba porque estaban con sudaderas; así que les pedí a los dirigentes que vistieran al plantel de vestido y corbata, así no iban a estar en el piso y que la gente los mirara mal”.

Incluso, hasta un palo de escoba era una herramienta para que los jugadores supieran comportarse y expresarse. “Usábamos ese palo de escoba en las concentraciones, para que sirvieran de micrófonos y los jugadores respondieran las entrevistas viendo a los ojos a los periodistas; poniendo toda la atención para responder, calmados y concentrados. Así podían compartir conceptos y hasta controvertir”, confesó Maturana, sin duda un adelantado.

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