Carmelo Valencia decidió retirarse del fútbol tras una carrera brillante, plena de disciplina y dedicación.
Muchos tardan en decidirlo pero él tenía un plan: quiere pasar de las canchas a las aulas de clase, una lección más de las muchas que ha dado en el fútbol colombiano.
Radicado en Barranquilla, ha ingresado al Centro Inca de esa ciudad para empezar desde sexto grado la validación de su bachillerato, en una modalidad que le permite hacer dos cursos por año y que, si todo va bien, le permitirá graduarse en 2025.
"Esto era un sueño frustrado que tenía y siempre supe que se podía hacer realidad. Desde que dejé mis estudios en el año 2000, recuerdo que iba para noveno y no eran tiempos fáciles. En ese momento estaba muy mal económicamente. Mi papá había dejado de pagarme la mensualidad, que en ese tiempo eran $12.000, y me sacaron del colegio por moroso. Decidí no volver más a las aulas de clase porque me daba pena regresar. Luego me centré en el tema del fútbol y pude hacer una carrera de casi 20 años", le contó al diario El Heraldo.
El ex delantero contó que sus compañeros lo confundieron al comienzo con un profesor pero que con el tiempo se han ido acomodando. Eso sí, en los descansos no se ha permitido 'picaos' a los que lo invitan permanentemente: “Me han invitado a jugar, pero la verdad es que no juego porque son pelaos de 14, 15 años, tienen una energía que no las controla nadie”, aseguró.
