Son amigos. Qué tan cercanos, solo ellos lo saben. Pero su contacto se mantiene a pesar de toda el agua que ha corrido bajo el puente en las carreras de James Rodríguez y Cristiano Ronaldo.
Los ex compañeros de Real Madrid, que lo ganaron todo y salieron en poco amigables términos en su momento de la casa blanca, ahora podría cruzar sus caminos, aunque vale decir que la posibilidad es, por ahora, muy incierta.
Todo parte de un detalle verificable: los propietarios del Olympiacos de Grecia, donde hoy brilla James, son los mismos del Nottingham Forest, equipo que lucha por su permanencia en el fútbol inglés. Los del Al-Nassr de Arabia Saudita, que acaban de fichar a Cristiano por una cifra cercana a los 200 millones de euros, comparten también una importante participación en el Newcastle.
Y sí, eso significa que, en algún momento del mercado, podría suceder que el colombiano y el portugués coincidan en la Premier League.
Pero eso tiene varias aristas: en el caso de Olympiacos, actualmente se hace un gran esfuerzo para pagar el alto salario del zurdo, que en todo caso es muy inferior a lo que percibía en Al-Rayyan, con lo cual no tendría mayor sentido que lo dejaran salir sin recoger sus frutos, que no son otra cosa que títulos y el regreso a las competencias europeas. En el caso de Al-Nassr, lo que se explicó en su momento es que la exorbitante cifra que se invierte en el veterano Cristiano no pasa solo por los torneos locales sino, en realidad, por convertirlo en embajador de la candidatura árabe para el Mundial de 2026. Tampoco parece sensato que lo dejen salir antes de que cumpla el objetivo, y el vínculo es, por ahora, solo de dos años.
Eso por no mencionar que el colombiano tiene ya 31 años y el portugués 37, lo que hace muy difícil verlos en pleno rendimiento en una liga tan exigente como la Premier. Si vamos a los resultados de uno en Everton y del otro en Manchester United, las apuestas no favorecerían el regreso de ninguno.
El cruce de caminos es una posibilidad remota pero sobre una base real y en el fútbol ese NO de hoy bien puede ser un SÍ mañana.