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La Candelaria
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Extranjeros que no se sienten bogotanos, sino candelarios; olores tradicionales que salen de la tienda de doña Flor, una de las má

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07 de julio 2011 , 08:33 p. m.

Extranjeros que no se sienten bogotanos, sino candelarios; olores tradicionales que salen de la tienda de doña Flor, una de las más antiguas de la zona; el fantasmita que, cuentan, a veces asusta a los visitantes de un café; calles con nombres como Cajita de Agua y El Embudo y muchas historias más tiene La Candelaria, en el Centro Histórico de Bogotá.

Esta localidad está conformada por siete barrios (La Concordia, Las Aguas, Egipto, Belén, La Catedral, Centro Administrativo y Santa Bárbara. La Candelaria, como tal, no existe (es un sector ), y acaba de publicar su guía turística, que incluye todos los sitios que se deben visitar. También presentó su programa 'Candelaria Destino Turístico'.

Además, el objetivo de la zona es convertirse en un punto con todos los servicios, para que el visitante llegue y solo tenga que irse cuando termine su recorrido.

A este punto se llegó después de varios acuerdos entre la administración local y los sectores de comercio, cultural, artesanal y educativo, así como la comunidad.

Allí hay 20 restaurantes de alto nivel y otros 15 de buen nivel, museos, iglesias patrimoniales, hostales, un hotel cinco estrellas, rumba, casas coloniales, centros culturales, teatros y planes nocturnos, que van desde un paseo en coche hasta recorridos turísticos que cuentan historias de fantasmas y enseñan quién fue Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos, uno de los pintores más importantes de la Colonia.

Este sitio es, como dice Óscar Payán, el dueño del Hostal Sue Candelaria, "el corazón real de Bogotá, el sitio de donde uno no quiere irse".

Mucha cultura.

El Centro Cultural Gabriel García Márquez (calle 11 con carrera 5a.), inaugurado en el 2008, tiene casi 500.000 visitantes al año y unas 500 actividades, entre las que se destacan talleres infantiles, seminarios, conferencias y exposiciones.

El complejo cultural del Banco de la República (manzana de las calles 11 y 12 entre carreras 3a. y 4a.) alberga la donación hecha por el maestro Fernando Botero, así como la Biblioteca Luis Ángel Arango.

Parranda del siglo XXI.

El Candelario es uno de los sitios más frecuentados de La Candelaria. Nació hace 5 años y en el día ofrece servicio de restaurante, con una carta que incluye 17 platos de la comida típica colombiana, entre los que se incluye el ajiaco.

La rumba es los viernes y sábados, de 9:30 p.m. a 3 a.m. La decoración de El Candelario tiene distintos matices y la música va entre los sonidos negros y los latinos, como cumbia y hip hop. Queda en la calle 13 No. 4-94, en una casa que se construyó en el siglo XIX.

Hostal con Wi-Fi.

De los 80 clientes semanales que llegan al Hostal Sue Candelaria, 76 son extranjeros. Vienen de distintas partes del mundo y en este lugar tienen habitación (individual o compartida), desayuno, información sobre planes en Bogotá y poblaciones cercanas donde se realizan deportes extremos, planes de ciclopaseos por la ciudad, Internet gratis (Wi-Fi) y zonas sociales.

El sitio es de Óscar Payán, un viajero incansable. Una noche cuesta entre 20.000 y 55.000 pesos.

Carrera 3a. No. 14-18. Teléfono: 341 2647. www.suecandelaria.com.

A comer muy bien.

Alessandra Manberti habla con su dejo italiano, pero es una candelaria más. Llegó a Bogotá hace cuatro años y se quedó en La Candelaria -aclara que si este sitio no hubiera existido no estaría en la ciudad-.

Su amor es tal que su mamá y su hermano también se trastearon y montaron el RestauranteTrattoria Nuraghe, donde venden platos de la cocina italiana, como berenjena a la parmesana, lasagna, lasagna ragú, lasagna al pesto y bandeja sarda (su propia versión de la bandeja paisa), que incluye, entre otros, pasta, carne y acompañamientos.

Calle 13 No. 1-26. Teléfono 283-4846. Horario: lunes a sábado, 11 a.m. a 3:30 p.m.

Plan con hotel.

Hace casi dos siglos, donde hoy está el Hotel de la Ópera se hospedaba la guardia personal de Simón Bolívar. Resultado de la unión de dos casas, una colonial y otra republicana, el hotel tiene spa, café, restaurante y piscina. Los fines de semana hay planes románticos y para amigas. Calle 10a. No. 5-72. Teléfono (1) 336-2066.

Rumba tranquila.

En la Plazoleta del Chorro de Quevedo está Café Color Café. Con más de 20 años, este lugar, en el que, según sus visitantes, hay un fantasmita que juega bromas, ofrece vino caliente, café y platos suaves para picar.

Otros sitios son Café Negro Bogotá (cra. 6a. cll. 8a.) y Café Raffia (cra. 2a. cll 13A).

Por estas calles Las calles tienen su encanto y nombres sonoros y nostálgicos. Vale la pena conocerlas, pues están identificadas: La Enseñanza (calle 11 entre cra. 5a. y 6a.), Callejón del Embudo (cra. 2a. calles 13 y 14), Calle de la Peña (calle 9a. entre cra. 2a. y 3a.) y Eje Ambiental (avenida Jiménez entre carreras 1a. y 20).

Más gastronomía.

Entre Pisco y Nazca es otra de las buenas ofertas de la zona. Este restaurante de comida de mar y peruana (en la carrera 1a. con calle 12) es muy frecuentado por los estudiantes de la Universidad Externado. También está Tríptiko, con comida gourmet y galería de arte.

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