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Argentina sumó otra decepción en su Copa América
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Argentina sumó otra decepción en su Copa América

Argentina sumó su segunda decepción en la Copa América al cosechar un empate sin goles que ni siquiera mereció ante Colombia, re

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07 de julio 2011 , 03:20 a. m.

Argentina sumó su segunda decepción en la Copa América al cosechar un empate sin goles que ni siquiera mereció ante Colombia, resultado que la obliga a desempolvar la calculadora que sólo por casualidad guardó en un recoveco de su maleta.

Un tiro libre en el minuto 80 que Lionel Messi mandó a las gradas desde el vértice derecho del área fue la síntesis del equipo albiceleste, al que, como en el debut en el torneo ante Bolivia, lo salvó el portero Sergio Romero.

La imagen del "crack" del Barcelona lo dijo todo. Con rostro desencajado y actitud corporal de resignación, Leo comprendió quizás en ese momento que no era ni su noche ni la de la selección, que abandonó el campo de juego insultada por muchos de sus hinchas. Argentina, queda claro, no juega bien.

En la zona defensiva sufren Nicolás Burdisso y Gabriel Milito, en especial este último, a quien se nota nervioso y falto de distancia, tal vez por su escasa aportación en la última temporada en el multicampeón Barcelona.

Javier Zanetti, Marcos Rojos y Pablo Zabaleta, los tres laterales que han jugado hasta el momento, ni han clausurado su sector ni se han mostrado como alternativas de descarga por las bandas. Tampoco es fluida la transición defensiva.

El equipo marca mal cuando ataca, y en consecuencia le ganan las espaldas y quedan al desnudo las fragilidades de los zagueros. En el medio han naufragado Ever Banega, Esteban Cambiasso y Javier Mascherano, tres mediocentros puestos a jugar juntos por la declarada convicción del técnico Sergio Batista de asegurar la posesión del balón y formar un rombo generador de fútbol con Leo Messi.

El jugador del Valencia navega en la intrascendencia, traslada demasiado la pelota y casi nunca rompe líneas. El del Inter no encuentra su lugar ni tampoco pesa en los últimos metros, en los que en épocas no tan lejanas solía sorprender.

Y el del Barcelona parece un gladiador solitario que, al menos ante Colombia, recurrió sistemáticamente a la infracción. Impotencia le llaman.

En ofensiva la Albiceleste es un equipo anárquico y espasmódico. Carlos Tevez, indudablemente, no siente la banda y choca de forma permanente con los defensas, y Ezequiel Lavezzi arranca cada jugada como un tigre y la termina como un gato.

Leo Messi es un caso aparte. Batista pretende que juegue como en el conjunto culé, de centrodelantero retrasado. Pero 'la Pulga' termina retrocediendo exageradamente y perdiéndose en el desorden general porque Argentina carece de organizadores como Xavi Hernández e Iniesta.

Aún así, se nota que está en otra sintonía. Solamente ha estado a la altura 'Chiquito' Romero, clave ante Bolivia y figura estelar frente a Colombia. A la selección argentina se le ha complicado la clasificación a los cuartos de final de la Copa América, a pesar de integrar el grupo en la teoría más sencillo.

Pero sigue con vida y, fundamentalmente, depende de sí misma. Quizás haya llegado la hora de Javier Pastore como socio de Messi en la elaboración de juego y de Gonzalo Higuaín o Sergio Agüero como referencias de área.

Lejos de brillar, Argentina ha penado en sus dos presentaciones en el torneo. Se impone un golpe de timón si la idea es evitar sorpresas.

EFE.

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