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Valledupar prueba el temple de un Rionegro que sufre como local
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Valledupar prueba el temple de un Rionegro que sufre como local

El equipo antioqueño está más cerca del octavo de que primero y, por eso, necesita la victoria para no enredarse. Su rival, en cambio, le huye a la cola.

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23 de julio 2010 , 05:48 a. m.

Ambos empataron a domicilio en la reanudación del Torneo Postobón 2010, aunque el punto tuvo valor diferente para cada uno. Rionegro se mantuvo en el grupo de los ocho mejores, aunque vio cómo Itagüí le tomaba 2 unidades más en la punta. Valledupar logró salir del sótano, pero continuó muy lejos de una eventual clasificación a los cuadrangulares que se disputarán en el mes de noviembre y que otorgarán los cupos para la gran final de la temporada.

 

Rionegro es uno de los equipos aspirantes al ascenso directo, pero todavía no ha conseguido alcanzar la línea de rendimiento que le permita estar tranquilo. Las limitaciones económicas se han convertido en un rival más de los dirigidos por Wiston Cifuentes, que han sabido apartarse de esas dificultades administrativas y dar buenos resultados en el campo de juego. Sin embargo, los puntos cedidos en casa lo tienen en una posición ambivalente.

 

Por un lado, aspira a la cima, que se encuentra a 6 puntos; por el otro, tiene que cuidar su lugar entre los ocho mejores, pues el octavo lugar está solo a 3 unidades. Eso significa, en pocas palabras, que el noveno de la clasificación aparece a nada más 5 puntos, una diferencia que en este certamen se diluye como agua entre las manos. Por eso, aunque el rival se antoje cómodo, el elenco rojiblanco tiene que actuar con cautela, porque una desagradable sorpresa podría tener consecuencias molestas.

 

De los ocho primeros de la tabla de posiciones, Rionegro es el que peor balance como local acredita: 4 triunfos, 4 empates y una derrota en 9 presentaciones, para un rendimiento del 59,3 por ciento. En este rubro, se sabe, todo lo que esté por debajo del 66,6 por ciento es preocupante, precisamente la sensación que por estos días experimentan los aficionados del altiplano antioqueño. Y la mejor fórmula para acabar con ese malestar es jugar bien y ganar sin dudas.

 

Opuesta es la situación de Valledupar, que a lo largo de la temporada  no ha podido abandonar los puestos de retaguardia. El elenco dirigido por el paisa Óscar Aristizábal cumple una pobre campaña que le ha impedido acercarse al menos a la parte media de la tabla de posiciones. Un dato para ilustrar su difícil presente: acumula 13 jornadas sin conocer la victoria. Su última celebración ocurrió el 20 de marzo, cuando derrotó 1-0 a Bogotá, como local.

 

Como visitante, el conjunto verdiblanco también acredita números rojos. En las nueve salidas previas, contabiliza apenas 3 empates, contra 6 derrotas, y solo pudo anotar 5 goles, contra los 22 que encajó (el peor del torneo). Lo más grave es que no se ve una reacción como la que se requiere para salir de esta incómoda situación. Por el contrario, Valledupar sigue postrado, con grandes limitaciones futbolísticas y un ánimo que no se levanta del suelo.

Carlos E. González
Especial para Futbolred.com

 

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