Durante la conversación, que se desarrolló en un tono amable y cordial, informaron los medios de comunicación, Berlusconi, que es también propietario del Milan, tranquilizó al jugador, a quien aseguró que entendió la broma y que no existía ninguna mala intención detrás de su actuación.
Dicha conversación telefónica tuvo lugar gracias al ministro de Defensa, Ignazio La Russa, gran seguidor del Inter, que ayer tildó de "falta de estilo" la broma de Materazzi y que hizo de intermediario entre el defensa y el mandatario.
La controvertida broma ha costado al defensa 'nerazzurro' una amonestación con una tarjeta amarilla, por decisión del juez deportivo italiano Giampaolo Tosel.
La amonestación dictaminada por el juez deportivo no ha sido bien acogida por el líder del partido opositor Italia de los Valores (IDV), Antonio Di Pietro, quien preguntó si "no es posible bromear tras un partido de fútbol".
EFE