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Robert Enke sufría depresiones clínicas que lo llevaron a suicidarse
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Robert Enke sufría depresiones clínicas que lo llevaron a suicidarse

Al parecer, ni en la selección alemana de fútbol ni en su club, el Hannover 96, hubo nadie que intuyera la difícil lucha que libraba Enke al menos desde 2003 con la depresión.

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11 de noviembre 2009 , 03:30 a. m.

"Desde anoche nos acompaña la pregunta por el ¿por qué?", dijo el presidente de la Federación Alemana de Fútbol, Theo Zwanziger.

Al parecer, ni en la selección alemana de fútbol ni en su club, el Hannover 96, hubo nadie que intuyera la difícil lucha que libraba Enke al menos desde 2003 con la depresión.

Por eso, su muerte, ocurrida anoche, tomó por sorpresa a casi todo el mundo. Se sabía que Enke, en 2006, había sufrido un duro golpe tras la muerte de su hija Lara, a los dos años de edad, por un problema cardiaco congénito.

Sin embargo, casi todos pensaban que Enke había superado ese revés y él mismo había dicho que la adopción de otra hija, Leila -que tiene actualmente ocho meses- le había devuelto la alegría de vivir.

Hoy su médico, Valentin Makser, y su viuda, Teresa Enke, revelaron la larga lucha contra la depresión que libró Enke y que terminó perdiendo anoche al lanzarse contra un tren de cercanías en un barrio de Hannover.

Enke había estado por primera vez en tratamiento en 2003, después de su paso por el Barcelona y el Fenerbahce Estambul, que había generado en él un miedo patológico al fracaso.

Ante todo su experiencia en el Fenernbace, equipo que abandonó tras el primer partido en el que los aficionados le lanzaron diversos objetos y lo abuchearon, fue determinante para él.

Makser, sin embargo, indicó que después de ese primer tratamiento había habido una recuperación, apoyada en parte por el éxito que tenía en el Hannover 96.

"Luego, hace seis meses, Robert volvió a mi consultorio. Estaba sufriendo otra vez fases depresivas que incluso llegaron a apartarlo de algunos entrenamientos", dijo el médico.

Sin embargo, en las últimas semanas parecía haber habido un proceso de recuperación, Enke había vuelto a entrenar y a jugar y había estado otra vez en la portería del Hannover 96 en las últimas dos jornadas de la Bundesliga.

El portero rechazó la posibilidad de internarse para someterse a un tratamiento más intenso y siempre se preocupó de que su caso no se conociese públicamente por miedo a perjudicar su futuro deportivo y también por temor a que la Oficina de Familia le quitaran la custodia de su hija adoptiva Leila, de ocho meses de edad.

En una carta de despedida, según Makser, el jugador pidió disculpas a su familia y a quienes habían tratado su enfermedad por haberles ocultado en los últimos días su verdadero estado para poder adelantar sus planes de suicidio.

"Incluso el día del suicidio me llamó y me aseguró que estaba mejor", dijo Makser.

Teresa Enke, por su parte, dijo que había procurado estar al lado de su marido en sus fases depresivas y mostrarle que había perspectivas y que todos los problemas podían tener solución.

"Las fases depresivas eran difíciles, pero ya habíamos pasado por fases muy difíciles en Barcelona y Estambul y habíamos logrado salir de ellas con ayuda del doctor Makser", dijo la viuda.

Teresa Enke señaló además que la muerte de Lara los había unido mucho y que por eso ella había creído que otra vez podría ayudar a su marido a salir adelante.

"Nos teníamos a nosotros, él tenía el fútbol y teníamos a Leila", dijo la viuda. "Traté de estar a su lado, al final iba con él a los entrenamientos. Creía que con amor podíamos superarlo todo", agregó.

Teresa Enke indicó además que el meta siempre se había esforzado porque sus problemas clínicos no fueran conocidos por la opinión pública.

"Tenía pánico de perder el fútbol y de perder a Leila", explicó.

EFE

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