Un millar de policías resguardaron los prados del monumento circular, que se convirtió en un río de gente agitando banderas de México, sonando trompetas y repitiendo a coro la tonadilla de "Nos vamos al Mundial".
Familias completas daban vueltas con los rostros pintados con el verde el blanco y el rojo, banderas gigantes y hasta balones de fútbol que retaban la altura del Ángel de la Independencia.
Cuauhtémoc Blanco fue el delantero mexicano más reconocido por la afición y las camisetas con su nombre y su número, el '10', eran mayoría entre los aficionados.
Las escenas se repitieron en ciudades mexicanas como Guadalajara en la Fuente de la Minerva, y en Monterrey, en la Macroplaza.
EFE