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El Olímpico romano albergará su cuarta final de la máxima competición
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El Olímpico romano albergará su cuarta final de la máxima competición

La "Ciudad Eterna" es uno de los puntos de visita obligada por su belleza y milenaria historia. Pero, asimismo, es uno de los "puntos vitales" del fútbol mundial.

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24 de mayo 2009 , 08:38 a. m.

El estadio Olímpico de Roma, una instalación con más de setenta años de historia, albergará el próximo miércoles, con el partido Barcelona-Manchester United, su cuarta final de la máxima competición europea, habiendo precisado dos de ellas de la tanda de penaltis.

Un estadio que se proyectó como eje principal del complejo deportivo "Foro Mussolini" (años después bautizado con su actual nombre de "Foro Itálico"), ideado en los años 30 por el entonces dictador italiano Benito Mussolini y proyectado por el arquitecto Enrico Del Debbio.

Las obras de construcción dieron inicio en 1928, pero fue en 1938 cuando fue abierto por vez primera. Tras la Segunda Guerra mundial, en 1952 la instalación, denominada "Estadio de los Cien Mil" y ya propiedad del Comité Nacional Olímpico Italiano (CONI), fue reconstruido casi totalmente con miras a acoger los Juegos Olímpicos de 1960, con capacidad para 54.000 personas sentadas y ya con el nombre de estadio "Olímpico".

Se inauguró el 17 de mayo de 1953, con el partido entre las selecciones nacionales de fútbol de Italia y Hungría.

En los Juegos Olímpicos de Roma, donde albergó las ceremonias de apertura y de clausura, también albergó las pruebas de atletismo.

Años después, el 25 de mayo de 1977, el "Olímpico" ya acogió su primera final de la máxima competición europea, denominada entonces Copa de Europa, con el partido Liverpool-Borussia Monchengladbach, que terminó con triunfo del conjunto inglés,por 3-1.

Era un Liverpool que tenía como gran estrella a Kevin Keegan, que se erigió con sus acciones como el gran protagonista pese a no marcar. Otras estrellas presentes en ese partido fueron Ray Clemence, Steve Heighway, por el Liverpool, Berti Vogts, Rainer Bonhof, Allan Simonsen, Uli Stielike y Jupp Heynckes, por el Borussia.

Los tantos del conjunto inglés fueron obra de Terry McDermott (m.28), Tommy Smith (m.64) y Phil Neal (m.82, de penalti); mientras que por el Borussia marcó el danés, luego barcelonista, Allan Simonsen (m.52).

Bob Paisley, técnico del Liverpool, se convirtió en el primer entrenador en conquistar la Copa de Europa y la Copa de la UEFA en dos campañas consecutivas, pues el año anterior dirigiendo al conjunto inglés también había ganado la entonces tercera competición continental (la otra era la Recopa).

Se daba inició, además, a una racha de seis triunfos consecutivos del fútbol inglés en la Copa de Europa: Liverpool (1976-77, 1977-78 y 1980-81), Nottingham (1978-79 y 1979-1980) y Aston Villa (1981-82).

El último título de esta serie inglesa volvió a tener al "Olímpico" como sede de la final. Fue un partido dramático y ante un local Roma que partía como gran favorito para hacerse, ante su afición, con el que sería su primer triunfo en la Copa de Europa.

Pero, en la noche del 30 de mayo de 1984, el Liverpool se llevó el preciado trofeo al derrotar en los penaltis al Roma, tras acabar el tiempo reglamentario y la posterior prórroga con empate (1-1, goles del local Roberto Pruzzo, m.42, y del inglés Phil Neal. m.13).

Fue una final con muchas anécdotas y connotaciones, que encumbró al meta inglés Bruce Grobbelaar, que con sus "payasadas" cegó a los romanistas en la tanda de penaltis; y que empequeñeció al brasileño Paulo Roberto Falcao, que se negó a tirar uno de los lanzamientos de pena máxima.

Al final, el duelo se decidió en favor del Liverpool, por 4-2.

Por el equipo inglés erró Nicol (el primero en tirar) y marcaron Neal, Graeme Souness, Ian Rush y Alan Kennedy; por el Roma, anotaron Di Bartolomei y Ubaldo Righetti y fallaron Bruno Conti (el segundo) y Francesco Graziani (el cuarto).

En el Liverpool estaban, junto a los ya citados, Sammy Lee y Michael Robinson -inicio de suplente-; en el Roma, el brasileño Toninho Cerezo y Franco Tancredi.

Apenas cinco años después de esa "maldita final" para los aficionados del Roma, el Olímpico vivió otra renovación con ocasión de la disputa de la Copa del Mundo de "Italia 1990".

Bajo el diseño de Annibale Vitellozzi, se ampliaron los vestuarios, se modificaron las gradas, se sustituyeron los asientos y se puso un techo para cubrir los graderíos.

Dos años después de ser sede de la final del mundial de Italia'90, que coronó campeona a Alemania sobre Argentina, el Olímpico volvió a ser escenario de su hasta ahora última final de la, ahora llamada, Liga de Campeones de Europa.

Frente a frente, el 22 de mayo de 1996, bajo la dirección del colegiado español Manuel Díaz Vega, estaban el Ajax de Amsterdam y el Juventus de Turín. El partido también terminó en su tiempo reglamentario con empate (1-1, con goles del italiano Fabrizio Ravanelli, m.13, y empate del finlandés del Ajax, Litmanen, m.40) y la posterior prórroga no vio goles.

Se fue, pues, a la decisión desde el fatídico punto de penalti.

Y, como en 1984, se terminó en ellos con 4-2; eso sí, en esta ocasión en favor del equipo italiano. Por el Juventus, marcaron Ferrara, Pessotto, Padovano y Jugovic; mientras que por el Ajax fallaron Davids (primero) y Silooy (cuarto), anotando Litmanen y Scholten).

El Juventus, entrenado por Marcello Lippi, tenía en sus filas otras estrellas como Peruzzi, Vierchowood, Paulo Sousa, Deschamps, Del Piero, Ravanelli y Vialli; mientras que en el Ajax de Louis Van Gaal, estuvieron Van der Sar, Frank De Boer, Finidi, Ronald De Boer y Kanu.

Ahora, trece años y cinco días después, un engalanado Olímpico vivirá un Barcelona-Manchester United que es la cuarta final de la Copa de Europa/Liga de Campeones de su historia, y que tendrá por tercera vez a un conjunto inglés sobre su césped.

EFE

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