El jugador, de 36 años, ya se encuentra en la concentración de los bolivianos en La Paz, donde preparan los partidos ante Colombia en Bogotá el próximo sábado y Argentina como locales el 1 de abril.
"La idea es sumar los seis puntos. Si no, ninguno de los convocados por el entrenador vendría, pero por supuesto no hay que ser extremista y ser realista", dijo Peña.
"Lo importante es que la gente entienda: ¿qué es lo que tenemos?, ¿qué es lo que podemos hacer?, y ¿cómo hacerlo de la mejor forma posible?", agregó.
Peña es el único jugador que queda en activo de la llamada "generación dorada" que llevó a Bolivia a disputar el Mundial de 1994 en Estados Unidos, el único en el que ha participado la selección de este país sudamericano.
Si Peña juega, supondrá su regreso a la selección en un partido oficial, ya que el último encuentro que disputó fue el 3 de julio de 2007, cuando se enfrentó a Perú en la Copa América disputada en Venezuela.
Sin embargo, el defensor participó el pasado 12 de marzo en la goleada por 5-1 que recibió Bolivia en un amistoso ante México en la ciudad estadounidense de Denver, partido en el que incluso fue expulsado.
Para Peña, esa derrota no debe ser tomada en cuenta como referente de cara a los próximos encuentros ya que, según afirmó, "influyeron muchos factores que no tienen nada que ver con lo deportivo".
"El árbitro fue un desastre y su comportamiento fue increíble", dijo Peña que aseguró que el juez del encuentro llegó a decir "¡viva México!".
Durante el descanso, algunos futbolistas bolivianos incluso rehusaron reincorporarse al juego si no se cambiaba al árbitro estadounidense Baldomero Toledo.
La Paz
EFE