"Si Messi está inspirado, como intuyo que está, no hay defensa que pueda pararlo. Es imposible. Hay pocos esquemas defensivos que puedan controlar al talento", esas fueron las palabras del técnico español que tiene el Bayern Múnich sobre cómo parar al astro argentino, quien este miércoles demostró que no existe la fórmula mágica para controlarlo.
Las palabras premonitorias de Guardiola se cumplieron en el Camp Nou, en los primeros 90 minutos de la semifinal de la Liga de Campeones. Messi no tuvo una marca hombre a hombre; no existió alguien que lo hostigara, que le impidiera recibir el balón o voltearse para encarar la defensa alemana. Casi durante todo el partido, Lionel jugó como en las viejas épocas: recostado por el sector derecho del ataque 'culé'.
En el primer tiempo, el '10' del Barça tuvo opción de hacer algunos lujos, como un túnel en propio campo catalán, en los primeros minutos, o como fue pasar entre tres jugadores, a pura gambeta, y entrar al área alemana. Messi fue asistidor para Luis Suárez -ganó de cabeza a Bernat para habilitar al uruguayo en la opción más clara de la etapa inicial-, y para Neymar, aunque los locales no contaron con suerte para anotar.
En el segundo tiempo, sin embargo, Messi comenzó desaparecido, sin peso en el ataque del Barça, y aparentemente controlado por la 'muralla' bávara. Pero desde el minuto 77, Messi sacó toda su magia, ya conocida en el mundo, y desequilibró un duelo que era parejo y complicado para los locales.
Luego de una jugada de Dani Alves, Lionel recibió, se perfiló y sacó un potente zurdazo al palo izquierdo de Manuel Neuer, para vencer al arquero del Bayern. Pero solo 3 minutos después (80), Messi volvió a brillar con luz propia, gracias a una espectacular jugada, enganchando con izquierda a Boateng, que se cayó al querer controlarlo, y definidiendo de pierna derecha, con un toque elegante y sutil sobre la humanidad del guardameta Neuer.
A esa altura del encuentro, la afición presente en el estadio del Barcelona se rendía a sus pies, pero faltaba la última genialidad: al minuto 90 habilitó a Neymar, quien definió en solitario para el certero 3-0 con el que Barcelona irá la próxima semana a Múnich, a definir su cupo a la final.
Este miércoles, Messi demostró que, cuando él juega a su máximo nivel, no hay quién lo pare.
Redacción Futbolred