La trilogía superclásica se pone en marcha. Una serie apretada, de 11 días de acción, intriga y suspenso, en la que los dos equipos más populares del fútbol argentino medirán su fortaleza, revivirán el pasado y buscarán estímulos para encarar el futuro.
Por las mismas razones, a Boca y a River los moviliza la necesidad de ganar. Y aunque de un clásico nunca se sale de la misma manera de la que se entró, esta vez el partido que abrirá el fuego, desde las 18.15, en la Bombonera, tiene menos cartel que los dos restantes, ese mata-mata internacional que empezará el próximo jueves y finalizará siete días más tarde, por la Copa Libertadores. Punteros e invictos en el campeonato, las diferencias asoman en lo que resultó el pasaje a los octavos de final de la Copa, un objetivo que emparenta las ambiciones desde la Ribera a Núñez.
Jugaron fuera de la cancha con intensidad. Se encendieron, de un lado y del otro, con disputas de escritorios, que se fueron suavizando hasta alcanzar un punto de encuentro con las declaraciones de los presidentes Angelici y D'Onofrio, las que fueron revitalizadas por el mensaje de los entrenadores Arruabarrena y Gallardo . Mientras el Vasco prefirió desdramatizar -"Usar la palabra fracaso en estos temas no va"-, el 'Muñeco' fijó cuál será el valor del primer episodio: "Marcará el termómetro anímico, pero no será determinante". Dos exponentes del recambio generacional que promueve propuestas audaces, compañeros en el curso de técnicos, se alejan de la histeria que rodea a un partido siempre especial.
Mientras Boca administra recursos, River regula sus fuerzas. Un plantel rico y de jerarquía, que se dividió entre la competencia local e internacional, les posibilitó a los xeneizes ser protagonistas en los dos frentes y no desgastarse. Lesiones, expulsiones, mermas en los rendimientos respecto de las actuaciones del semestre pasado, limitaron a los millonarios, que aun así tuvieron la fortaleza para reagruparse y remontar la cuesta: una angustiante clasificación en la Copa Libertadores y enlazar cinco victorias para treparse a la cima del torneo, señales de la superación.
Los nombres hacen los superclásicos. La reaparición de Orion , tras cumplir cuatro fechas de suspensión; la presencia del juvenil Cubas como eje en la zona de los volantes; el debut absoluto en esta clase de partidos del internacional Osvaldo , y la conducción del uruguayo Lodeiro , movimientos que realiza Arruabarrena, que resguardará al elegante Gago (repuesto de un desgarro) para la Copa Libertadores. River llega a la cita exigido por el esfuerzo, pero Gallardo echará mano de lo mejor: 'Teo' Gutiérrez relegará a Cavenaghi y Kranevitter a Ponzio , el soldado que se destacó con oficio en la serie de la Copa Suramericana del año pasado que festejaron los millonarios. Con el uruguayo Mora enfocado en el gol, la sorpresa es el juvenil Driussi , que le ganó la pulseada a Pity Martínez . Una aparición que tomó fuerza por la flojera de Pisculichi, determinante en 2014, pero sin peso en la actualidad.
Entre tácticas y estrategias, el árbitro Patricio Loustau tendrá la responsabilidad de dirigir por segunda vez un superclásico . Otra vez la Bombonera lo recibirá, como en el Clausura 2011, cuando los xeneizes se impusieron 2-0 y los millonarios se quejaron por dos penales que no fueron sancionados.
También el operativo de seguridad, con 1200 efectivos policiales de cuatro fuerzas para controlar 47 mil hinchas 'xeneizes' y la amenaza del regreso de Rafael Di Zeo a La 12 resultó un capítulo que ofreció rispideces y hasta la participación del secretario de Seguridad, Sergio Berni, quien amagó con no brindar servicios si los dirigentes de Boca le levantaban el derecho de admisión a Di Zeo, líder de la barra brava.
Con los condimentos de siempre, con la pasión de toda la vida, aunque esta vez un triunfo o una derrota no dolerán en los números porque restará un largo recorrido, 19 partidos, para terminar el campeonato. El resultado sí modificará el escenario pensando en el cruce por la Copa Libertadores, el objetivo de máxima, ahí donde el error no tiene remedio
Probables formaciones
Boca: Agustín Orion; Gino Peruzzi, Daniel Díaz, Guillermo Burdisso, Fabián Monzón; Marcelo Meli, Andrés Cubas, Nicolás Lodeiro; Federico Carrizo, Daniel Osvaldo y Andrés Chávez. Director técnico: Rodolfo Arruabarrena.
River: Marcelo Barovero; Gabriel Mercado, Jonatan Maidana, Ramiro Funes Mori, Leonel Vangioni; Carlos Sánchez, Matías Kranevitter, Ariel Rojas, Sebastián Driussi o Gonzalo Martínez; Rodrigo Mora y Teófilo Gutiérrez o Fernando Cavenaghi. Director técnico: Marcelo Gallardo.
Con información de Canchallena-La Nación