De la mano del entrenador español Julen Lopetegui, un todavía imberbe Porto pretende continuar su andadura en la Champions y dar la sorpresa contra el temible Bayern de Múnich, para lo que querrá hacer valer su condición de invicto. Los 'dragones', único equipo que no ha perdido ni un sólo partido en esta edición de la Liga de Campeones, confían en el 'jogo bonito' que proclama su técnico para imponerse al conjunto bávaro, pese a que su rival es el claro favorito en esta eliminatoria de cuartos de final.
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El once tipo de Lopetegui, ordenado en un 4-3-3, es extremadamente joven, con una edad media de apenas 24,5 años, y ninguno de sus integrantes llega siquiera a la treintena. Jugadores de gran proyección como los brasileños Danilo (23), Álex Sandro (24) y Casemiro (23), los españoles Óliver (20) y Tello (23), el mexicano Héctor Herrera (24) y el argelino Brahimi (25) son parte fundamental de este equipo. La experiencia la pone, sobre todo, el delantero colombiano Jackson Martínez, estrella del conjunto blanquiazul y que a sus 28 años ya porta incluso el brazalete de capitán.
Dos centrales curtidos como Maicon y Marcano -quien ha desplazado al holandés Martins Indi del once titular- y el portero brasileño Fabiano completan el esquema de un Porto más brillante en Europa que en la Liga portuguesa, donde ocupa la segunda posición, a cuatro puntos del líder, el Benfica.
Duelos de amigos entre Lopetegui y Guardiola
El ideólogo del proyecto de este año en el club luso no es otro que Julen Lopetegui, fervoroso admirador del "tiki taka" que acuñó su compatriota Pep Guardiola, rival en los banquillos en esta eliminatoria. Ambos son amigos -coincidieron durante su época como jugadores en el Barcelona- y se les pudo ver juntos esta semana en el Calderón, donde presenciaron desde la grada el Atlético de Madrid-Leverkusen.
El buen trato al balón es la premisa básica del técnico vasco, cuyo estilo generó dudas en suelo luso durante los primeros meses de competición. Tres empates consecutivos en Liga en el mes de septiembre y las derrotas contra dos de sus principales contendientes, Benfica y Sporting de Lisboa, pusieron en duda la credibilidad del entrenador, para el que el Porto es su primera oportunidad en un banquillo de primer nivel. Sin embargo, la actuación inmaculada del equipo en la Liga de Campeones y un progresivo acercamiento al liderato en el campeonato nacional sirvieron para tranquilizar los ánimos.
La responsabilidad es máxima en un Porto acostumbrado a ganar títulos durante las últimas décadas y que el año pasado vivió una pesadilla al cerrar la temporada en blanco. Para esta campaña, su eterno presidente, Jorge Nuno Pinto da Costa, apostó fuerte e hizo una importante inversión para reforzar la plantilla blanquiazul. A las llegadas como cedidos de grandes promesas como Tello (procedente del Barcelona), Óliver (propiedad del Atlético de Madrid) o Casemiro (prestado por el Real Madrid) se sumaron fuertes desembolsos por el español Adrián López (11 millones por el 60 % del pase); Martins Indi (7,7 millones) y Brahimi (6,5 millones). Brahimi y Adrián han sido de momento la cara y la cruz de este Porto.
El internacional argelino -ex del Granada- se ha destapado como un brillante mediapunta, lleva 12 goles en 31 encuentros y su rol es clave en el esquema, ya que puede formar parte del trío atacante o acomodarse en la línea de centrocampistas. Adrián, por el contrario, no ha gozado de continuidad con un Jackson Martínez en plena forma -26 tantos en 34 partidos lo dicen todo- y cuando tuvo la ocasión, una inoportuna lesión le impidió progresar. De hecho, esa rotura muscular le mantiene en el dique seco desde hace cerca de dos meses y el club acabó por no inscribirlo para las siguientes fases de la Champions.
La calidad técnica de sus jugadores, el fútbol de posesión que practica y su amplitud de plantilla -futbolistas revulsivos como el portugués Ricardo Quaresma o el colombiano Juan Fernando Quintero aguardan su oportunidad en el banquillo- son los puntos fuertes de un Porto al que se le achaca cierta debilidad defensiva. Los "dragones" cosecharon cuatro victorias y dos empates en la fase de grupos -eliminaron a BATE Barisov y Athletic de Bilbao- y superaron cómodamente la eliminatoria de octavos frente al Basilea gracias a un empate en Suiza y una clara goleada por 4-0 en la vuelta ante a su afición.
Así están los enfrentamientos
El Porto reaccionó este viernes al cruce con el Bayern de Múnich en cuartos de final de la Liga de Campeones con el recuerdo feliz de su primera Champions, que ganó precisamente frente al conjunto bávaro. A través de su página web, el club portugués evocó el triunfo por 2-1 logrado en 1987 contra el Bayern de Múnich en la final disputada en Viena (Austria) al colocar un enlace al vídeo en el que se puede ver el primer gol de la remontada.
La eliminatoria trae buenos recuerdos a los aficionados blanquiazules por este motivo, aunque a priori el favorito es el conjunto alemán, considerado uno de los candidatos más fuertes de esta temporada por el elenco de estrellas que aglutina.
Ambos equipos se han enfrentado tres veces en la máxima competición continental, y el conjunto luso sólo resultó vencedor en la primera. En la temporada 1990-1991, el Bayern ganó por 3-1 en el total de la eliminatoria y en la campaña 1999-2000 sufrió para acabar imponiéndose por 3-2.
La final de mayo de 1987 es inolvidable para los 'dragones', que comenzaron perdiendo después de que en el minuto 24 Ludwig Kogl abriera el marcador. Sin embargo, primero el argelino Rabah Madjer en el 77 igualó la contienda con un espectacular gol de tacón y sólo dos minutos más tarde el brasileño Juary colocó el definitivo 2-1 que otorgó su primera 'orejona' al club luso.
El Porto, ahora comandado por el español Julen Lopetegui, llega a los cuartos esta temporada como el único equipo invicto de toda la competición, ya que no ha cosechado ni una sola derrota en los ocho encuentros disputados hasta el momento.
El Bayern de Pep Guardiola, por su parte, presenta el mejor ataque de toda la Champions con 23 tantos -dos más que su próximo rival europeo- y sólo 4 encajados -uno más que los portugueses-. El partido de ida se jugará en el estadio de Dragao el próximo 14 de abril y la vuelta tendrá lugar en el Allianz Arena de Múnich el día 21 de ese mismo mes.
EFE