La FIFA votará el 19 de marzo una recomendación para que el Mundial se juegue entre noviembre y diciembre, que son meses más frescos en el hemisferio boreal. Los mundiales se han jugado históricamente entre mayo y julio desde la primera Copa en Uruguay 1930, y el cambio se produciría para evitar las altas temperaturas de esos meses en el país asiático.
Pero Al Thawadi quiso dejar al país fuera de la polémica respecto de cuándo debe jugarse el torneo. "Siempre dijimos que estamos listos para lo que sea que defina la comunidad del fútbol", sostuvo Al Thawadi en una conferencia en Manhattan. "Cuando se tome la decisión vamos a cumplir con ella", agregó.
Junio y julio no parecen fechas viables en Qatar, ya que las temperaturas ascienden hasta los 40 grados centígrados. El grupo especial de trabajo que estudia qué hacer en la cita mundialista del 2022 plantearía que la final sea unos pocos días antes de Navidad. La opción de noviembre-diciembre evita el calor de Qatar y la celebración del Ramadán.
Al Thawadi remarcó que queda mucho trabajo por hacer durante los próximos siete años, con la construcción de 70 hoteles y otros proyectos de infraestructura. En tanto, cinco estadios presentan diversos avances de obra. Qatar también debe trabajar mucho respecto a su imagen, salpicada por acusaciones de corrupción en el proceso de adjudicación de la sede y abuso a los derechos humanos de los obreros extranjeros que llegaron al país y trabajan en la construcción de las sedes.
Reuters
