Tal cual había ocurrido a mediados del año pasado, Estudiantes de La Plata, el equipo de Pellegrino, logró renovarse en el último mercado de pases y, a pesar de estar en pleno proceso de formación, va a encarar el partido contra Atlético Nacional en franca levantada.
Apoyado en la referencia de su capitán Leandro Desábado, el ‘pincha’ logró dar vuelta la llave contra Independiente del Valle en el repechaje de la Copa Libertadores para ganarse un lugar en el grupo 7 del certamen internacional.
Su goleador Guido Carrillo está atravesando su mejor momento desde que debutó en el 2011, luego de pasar dos temporadas en las cuales le había costado mucho despegar y consolidarse.
El delantero albirrojo se destaca por su aporte colectivo, jugando de espaldas al arco rival y aguantando la pelota cuando el equipo necesita una salida rápida con pelotazos.
Con Cerutti o Auzqui, Pellegrino encontró una cuota de peligro y velocidad por las bandas, y con Hilario Navarro la solvencia necesaria para trabajar los partidos.
Si bien todavía no logra el volumen de juego que se pretende, en los últimos partidos se ha destacado por su eficacia en el juego aéreo, el cual ha aprendido a desarrollar y aplicar luego de malogradas experiencias.
Como contrapartida, el equipo no se encuentra plenamente en lo físico y siente mucho el trajín de los partidos. No en vano termina sufriendo cuando un oponente veloz se impone en la parte final de los partidos y le genera peligro por adentro o por afuera.
Con un sistema de entrenamientos importado de Europa, Pellegrino relativiza los trabajos físicos y le da mucho lugar a las tareas con pelota. Esto, a la larga, termina ocasionando algunas lesiones o situaciones tales como que al sexto partido oficial haya varios jugadores que están al límite en lo físico.
Juan Pablo Ferrari
Periodista del diario Hoy de Argentina
Especial para Futbolred.com