A esta hora, en reunión de la Comisión de Disciplina de la Dimayor, se espera que se estudie el caso del delantero paraguayo del Cúcuta Deportivo, Marco Lazaga, quien en una violación al juego limpio anotó de manera intencional un gol con la mano el pasado martes 20 de enero en el juego contra Quindío y que resultó definitivo para el ascenso del Cúcuta Deportivo a la Primera A, en uno de los cuadrangulares ‘extraordinarios’ que aumentó a 20 el número de equipos en la Liga de la Primera A del fútbol colombiano.
Sin embargo, no es la primera vez que esto ocurre con Lazaga. Por una acción similar, mano para gol, el ariete ya fue sancionado en el pasado y recibió un castigo. En diciembre del 2008, el Tribunal de Justicia de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) castigó al atacante que jugaba en ese entonces con el Olimpia de Asunción con dos meses de suspensión y una multa de 8'490.000 guaraníes.
Esa vez, Lazaga fue expulsado por el árbitro Carlos Amarilla (por doble amonestación) al ser pillado, en un clásico paraguayo contra Cerro Porteño, por desviar intencionalmente el balón hacia el arco rival con la mano. El martes pasado, Lazaga con su gol (el 2-2 parcial del marcador 3-3 final) engañó al árbitro Ulises Arrieta.
En Colombia existe solo un antecedente de sanción disciplinaria posterior al juego por parte de la comisión. Ocurrió, de manera coincidencial, también en diciembre del 2008, cuando el delantero Émerson ‘Piojo’ Acuña, por ese entonces del Junior de Barranquilla, fingió recibir una falta en área y engañó al juez José Luis Niño, que ordenó el cobro de un penalti en contra del América. Esa vez, Acuña recibió una fecha de castigo.
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