No fue fácil para Julio Avelino Comesaña dirigir desde el palco 32, en la zona noroccidental del estadio Atanasio Girardot. De entrada se encontró con la hostilidad y pesadez de un par de hinchas del Atlético Nacional que se pararon en sus sillas con el claro objetivo de obstaculizarle la visual de la cancha.
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Comesaña, que es quien entrena, prepara y dirige al Junior aunque en el papel su puesto sea mánager general, salió molesto del sitio en busca de un policía que pusiera en orden la situación. Pero después de un largo rato solo apareció un auxiliar inexperto, sin el suficiente carácter para frenar al saboteo de los fanáticos.
"Se están haciendo los boludos", se quejaba Comesaña con varios periodistas que estábamos en las cabinas vecinas.
Al ver que la Policía no resolvía y que las espaldas verdes no se iban a volver transparentes, Comesaña abrió la ventana y les solicitó decentemente a los dos jóvenes que se sentaran y lo dejaron apreciar el juego en paz. No obstante, se negaron y se mantuvieron de pie todo el juego.
Ya resignado, Comesaña se corrió hacia la esquina del palco para tratar de esquivar los estorbos en su panorama.
Acompañado por César Gaitán, uno de los preparadores físicos del equipo, Julio Avelino vivió la amargura de un gol precoz y tuvo que soportar como un grupo de aficionados, especialmente los dos pesados, le gritaban y le golpeaban el vidrio como queriéndolo tumbar.
El veterano estratega, de 66 años, se reprimió cualquier reacción y mantuvo la calma. Con impotencia y fastidio disfrazado de sonrisa, aguantó la hostilidad en la efervescencia de la anotación tempranera. Y no se desquitó cuando Toloza igualó. Festejó con Gaitán sin dedicatorias ni provocaciones a la tribuna.
A través de un boquitoqui se comunicaba con Víctor Pacheco o David Pinillos, sus asistentes. Casi siempre su cara y gestos eran de preocupación o angustia. En los últimos minutos del primer tiempo se le vio con satisfacción por el empate y el despertar del equipo.
El momento de mayor drama fue en el segundo tiempo. Aunque el equipo conservaba el resultado 1-1 y era el campeón parcial, varios pasajes sacaron al mánager de la calma que había manejado.
En medio del acoso del Nacional en el césped, Comesaña, ya de pie en el palco, decía a todo pulmón: "¡Que Jossymar juegue de enganche, loco! ¡De enganche! Diles que salgan, que salgan ¡¿Son huevones o qué?!", preguntaba con rabia mediante el 'walkie-talkie'.
Faltando unos diez minutos para el final del juego, Comesaña abandonó el palco. De pronto no vio el gol de Valoy, lo seguro es que lo sufrió bastante.
Rafael Castillo Vizcaíno
Redactor ADN
Barranquilla