No hubo paz ni orden en ningún punto de venta. A medida que se agotaban los tiquetes se armaba la de Troya.
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La alta demanda y la rapidez con la que el público arrasó con las boletas que Junior puso a disposición para el primer partido de la final contra el Nacional (el domingo en el estadio Roberto Meléndez a las 6:30 p.m.), generaron molestia entre aquellos hinchas que se quedaron con las manos vacías.
Protestaron, protagonizaron desórdenes, discutieron con la Policía y corretearon a los infaltables revendedores que suelen acaparar las entradas. Fue una venta muy 'boleta'.
En la Olímpica de la 51B con 84, uno de los expendios, varios jóvenes intentaron agredir a quien señalaban como revendedor. "¡Por esos hijue... es que nos quedamos sin boletas!", gritaban iracundos varios fanáticos.
Muchos de ellos estaban estacionados en los expendios desde el día anterior. Se trasnocharon e hicieron largas colas.
"Llegué a las 5 de la tarde de ayer (miércoles), en la noche éramos unas cuarenta personas, pero amanecieron muchos más. Nos acomodamos, jugamos cartas y dormimos por raticos", contó Eduardo Ospino, uno de los aficionados que le madrugó a la lucha por conseguir el preciado papel de la finalísima del fútbol colombiano.
La situación fue caótica e incontrolable por momentos para la Fuerza Pública que trataba de calmar los ánimos. Corrían de un lado a otro en una cacería de brujas, en la que se evidenciaba el desespero y ansias por conquistar el tiquete para ver el equipo amado.
"No van al estadio todo el año y ahora se quieren montar en el bus de la victoria, está bueno que se hayan quedado sin boletas. Puro hincha chimbo", festejaba un abonado del club que observaba a la distancia el estado de confusión.
En Licores JK, otro expendio, también hubo barullo cuando se dijo "no hay más boletas".
La Policía se vio en la necesidad de solicitar refuerzos. Igual ocurrió en el Estanco Fiesta de La Ciudadela, en el sur de la ciudad, donde el Escuadrón Móvil Antidisturbios, Esmad, utilizó gases lacrimógenos para dispersar a los revoltosos. "La gente se rebotó cuando se acabaron las boletas", afirmó Álvaro Lora, testigo de los hechos.
Omar Barros, jefe de prensa del Junior, explicó que solo salieron a la venta 21 mil boletas porque otras "17 mil fueron vendidas a sus aliados comerciales y unas seis mil correspondieron a barras y abonados".
"Los aliados son las empresas que le dan el sostenimiento al equipo. En los ocho primeros partidos de la Liga no se alcanzaron a tener 40 mil personas en el estadio", recordó Barros.
La boletería, que se empezó a comercializar al mediodía, se agotó en cuatro horas, aproximadamente.
En redes sociales, el público ha criticado la organización y logística del club.
Precios
Dos localidades aumentaron en el 25 por ciento los precios. Norte y sur, las más baratas, pasaron de 16 mil pesos a 20 mil, mientras occidental baja, la más costosa, subió de 80 mil a 100 mil.
Oriental fue la gradería que más subió: quedó en 40 mil, cuando su valor era 27 mil, representando el incremento del 48 por ciento. El precio de Occidental alta pasó de 60 mil a 80 mil, es decir, aumentó en el 33 por ciento.
"El reajuste se ejecutó teniendo en cuenta el esfuerzo realizado a lo largo del campeonato y que es característico en estas instancias", dijo Junior en un comunicado.
Rafael Castillo Vizcaíno
ADN
Barranquilla