El francés Franck Ribéry, atormentado durante su último Mundial y contenido hace dos años en la Eurocopa, volvió a situarse entre los mejores de Europa y se muestra como un personaje despreocupado que ama jugar al fútbol.
El atacante del Bayern Múnich se catapultó al estrellato en el Mundial 2006 donde, bajo la guía de Zinedine Zidane, fue una bocanada de aire fresco en una selección francesa entrada en años. Ribéry supo brillar y anotó un gol impresionante contra España en los octavos de final de aquel torneo.
El francés, quien tiene una cicatriz en la cara tras un accidente automovilístico con sus padres cuando tenía dos años, ingresó a último momento en el plantel del entonces entrenador Raymond Domenech y se ganó rápidamente los elogios de Zidane, quien lo definió como la "joya del fútbol francés".
Sin embargo, esa joya era un diamante en bruto y tardó varios años en empezar a brillar y ser un producto acabado, algo que Ribéry logró mientras se prepara para su tercer Mundial. El jugador se ha convertido en clase mundial en el Bayern desde el 2006 y parece haber dejado atrás el lado oscuro que ocasionó serios daños a su carrera profesional.
Los escándalos de Ribéry
El 2010 fue sin dudas su peor año, cuando poco antes de la Copa del Mundo fue interrogado como parte de una investigación por una red de prostitución en París. Después del torneo, Ribery y otros jugadores fueron acusados de haber tenido sexo con una prostituta menor de edad, cargos de los que finalmente se liberaron en enero de este año.
El escándalo, sin embargo, hizo que Ribéry entrara con el pie izquierdo a un Mundial que también se vio opacado por la infame huelga de los jugadores de Francia y que no hizo mucho por ayudar a reparar la dañada imagen del mediocampista. El atacante estuvo al frente del motín del plantel e irrumpió en el principal show de la televisión francesa. "Desde la Eurocopa 2008 he sufrido en este equipo de Francia, cada vez que me sumo al plantel hay problemas", declaró Ribery, mientras defendía al delantero Nicolas Anelka, quien había sido expulsado del equipo por insultar a Domenech.
En su regreso al Stade de France tras una suspensión por tres partidos, Ribéry fue abucheado, aunque parte del público coreó su nombre, lo que indicó que los hinchas estaban enfrentados por su retorno. En la Euro 2012, fue el mejor en un equipo promedio, pero recién cuando Didier Deschamps asumió como entrenador en lugar de Laurent Blanc el talentoso jugador recuperó la actitud despreocupada del hombre que alguna vez lanzó un balde de agua al histórico arquero del Bayern Oliver Kahn por diversión. "A veces tengo la despreocupación que tuve en el 2006. Algo cambió con Deschamps", admitió Ribéry al diario Le Figaro el año pasado.
Ribéry, la clave del Bayern Múnich
La actitud de Ribéry dentro y fuera de la cancha es el mejor ejemplo de cómo se siente, y el atacante, que dice que disfruta de una gran relación con el técnico del Bayern Múnich, Josep Guardiola. El atacante fue clave para que el club ganara una tripleta de títulos -Bundesliga, Copa de Alemania y Liga de Campeones- la temporada pasada.
Ribéry fue elegido por la Uefa como el mejor jugador de Europa en el 2013, aunque no le alcanzó para ganar el Balón de Oro de la Fifa que reconoce al mejor futbolista del mundo, una decepción que rápidamente dejó atrás tras haber sido tercero por debajo de Cristiano Ronaldo y Lionel Messi.
Una actuación de alto nivel en el Mundial de Brasil podría ayudarlo a obtener ese premio este año, ya que no quedan dudas de que ha alcanzado su máximo potencial y que es uno de los mejores del mundo.
Con Reuters