La Juventus no podrá finalmente disputar en casa la final de la Europa League, después de empatar 0-0 en casa este jueves en la vuelta de semifinales ante el Benfica, que consiguió su clasificación gracias al triunfo 2-1 de la ida, con lo que se enfrentará al Sevilla del delantero colombiano Carlos Bacca, por el título.
Con el empate a cero ante la Juventus, el Benfica llega a su octava final de la Liga Europa desde la maldición del húngaro Béla Guttmann, quien auguró a los lisboetas una sequía de títulos después de hacerle campeón continental hace 52 años.
Los lisboetas jugarán la décima final europea después de ganar solo las dos primeras (Copa de Europa, 1961 y 1962) y perder las siguientes cinco finales de la máxima competición continental (1963, 65, 68, 88 y 90), una de la UEFA en 1983 y la última de Liga Europa ante el Chelsea el año pasado.
Desde entonces, han sobrevolado en la imaginación de los aficionados portugueses las palabras del húngaro Béla Guttmann (1899-1981), quien antes de dejar el club dijo: "El Benfica no volverá a ser campeón europeo sin mí. Me voy".
La final también servirá de ajuste de cuentas con la anterior temporada cuando el Benfica perdió en cuestión de tres semanas la Liga, la Copa de Portugal y la Liga Europa en duras derrotas decididas en los últimos minutos del partido.
Este año, los lisboetas pueden resarcirse, pues ya han conquistado el campeonato con tres jornadas de antelación y están en la final de la Copa de Portugal.
Por su parte, Turín acogerá la final el 14 de mayo y todos esperaban en la ciudad italiana vivir ese partido con la 'Juve' como protagonista, pero el equipo de Antonio Conte tendrá ahora que centrarse únicamente en asegurar el título en la Serie A, donde están cerca de ser campeones por tercera temporada consecutiva.
Con información de agencias