El jueves 15 de noviembre, día del partido por la Copa Suramericana entre Millonarios y Gremio de Brasil, en el estadio El Campín de Bogotá, algunos aficionados e hinchas nos sentimos atropellados, puesto que los organizadores del evento cerraron las puertas del escenario y no nos dejaron entrar a quienes, con boleta en mano, llegamos tarde por diversas circunstancias.
En mi caso, llegué a la puerta de acceso a occidental preferencial faltando 10 minutos para que se acabara el primer tiempo del partido y me encontré, delante mío, a mucha gente que había llegado antes y a la cual tampoco dejaban entrar.
La boletería de esta tribuna viene numerada y, además, nadie puede quitarle a uno el derecho de entrar al estadio cuando uno ha comprado la boleta. Sin embargo, los organizadores nos decían que ya se había llenado esta localidad del estadio, que ya habían hecho el conteo y por tal razón las puertas de El Campín estaban cerradas y no podíamos entrar.
Uno de los integrantes de la organización, ubicado dentro del estadio y frente a nosotros en la fila de la entrada, vino a decirnos que la orden de cerrar las puertas de El Campín a esa hora la había dado "una persona de arriba" y que no nos podía responder por la entrada, ni por la plata, porque simplemente no era su problema.
Vea aquí el video con la denuncia de los hinchas.
Nosotros, inconformes, insistíamos en que si no nos iban a dejar entrar, por lo menos devolvieran el dinero que habíamos pagado por comprar la o las boletas. Sin embargo, el mismo señor levantó los hombros en señal de que no le importaba, y se fue.
Éramos alrededor de 20 personas las que esperábamos para entrar a ver a Millonarios. La mayoría, por compromisos laborales, no pudimos llegar temprano, pues nos tocaba cumplir con el trabajo y además, los trancones de la ciudad también nos atrasaron.
El hecho es que, primero, pagamos por una boleta que estaba numerada. Segundo, en ninguna parte de la boleta decía que después de una hora determinada no se podía entrar. Y, por último, los organizadores pasaron por encima de nosotros, diciéndonos que no éramos nadie, que no les importaba lo que pasara con nosotros, que no era su problema, e insultándonos.
El colmo del irrespeto se dio cuando una mujer de la organización del partido, vestida con chaqueta verde, le dijo a un señor que intentaba ingresar, que "ya era muy viejo para estar yendo al estadio, que más bien se quedara en la casa".
Finalmente, pudimos ingresar a ver el partido prácticamente a los 20 minutos del segundo tiempo, cuando Millonarios ya había hecho el gol del empate parcial 1-1.
Lo que más molesta, y por eso me animé a escribir este artículo a manera de denuncia, es que una clase de eventos como el del fútbol (partido internacional por la Copa Suramericana), que no es abierto al público, sino un espectáculo privado por el cual uno paga dinero para disfrutar de él, se convierta, por gente que irrespeta y es negligente, en un atropello a los hinchas.
María Fernanda García Torres
Especial para Futbolred.com