Ni siquiera han comenzado los microciclos de José Pékerman, el técnico argentino de la Selección Colombia de mayores, cuando ya una corriente de protestas y de críticas negativas viene creciendo como una bola de nieve.
En las redes sociales Facebook y Twitter, desde influyentes periodistas deportivos hasta gente del común que se se deja llevar como veleta por sus opiniones, se han dado a la tarea de destruir hasta con términos ofensivos e irrespetuosos el primer microciclo de la era Pékerman, que comenzará el próximo lunes en Bogotá.
La mecha de la pólvora negativa la encendió el actual técnico del Deportivo Cali y exmánager de la Federación Colombiana de Fútbol (Colfútbol), Julio Comesaña, quien palabras más palabras menos indicó que los microciclos no sirven para nada y en vez de eso, sí afectan el trabajo de los clubes del torneo rentado nacional, además del rendimiento individual de los jugadores convocados.
Comesaña reveló que en su momento, cuando fue el mánager de Colfútbol, le propuso a la entidad, con el aval del entonces seleccionador nacional, Leonel Álvarez, lo mismo que ahora hará Pékerman, pero que recibieron un NO rotundo de la dirigencia.
Más que las opiniones vertidas por Comesaña, lo que ha molestado de lo que dijo es su tono arrogante y desafiante, con veneno incluido y también con un dejo de rencor en su actitud.
En este caso, el de los microciclos, tiene que primar el bien común sobre el particular. Y si todo el país -desde los dirigentes de Colfútbol, pasando por los técnicos de los clubes profesionales y la prensa especializada-, queremos respaldar a Pékerman, hay que dejarlo trabajar sin meterle este tipo de presiones ni de trampas.
Los microciclos serán positivos para la Selección Colombia y para el fútbol del país si cumplen con el objetivo fundamental: lograr que los jugadores jóvenes citados por Pékerman, y otros que seguramente llamará en el futuro, obtengan la información necesaria del trabajo del técnico y de su manera de ser, y él de ellos, para que puedan ser alternativas de recambio en el mediano y corto plazo.
¿Por qué no creer que Pedro Franco, Gilberto García, Yulián Mejía y Jonathan Copete, entre otros, pueden evolucionar y convertirse en jugadores de talla internacional, los que reemplacen a Mario Yepes, Amaranto Perea y demás referentes actuales de la Selección de mayores?
En Colombia hay una 'tendencia caníbal' muy fuerte entre el periodismo deportivo y muchísimos aficionados, que tienden a destruir lo nuestro por el solo hecho de ser colombiano y a rendirle pleitesía a lo que suene con acento extranjero. Y eso tiene que cambiar de una vez por todas.
Otra cosa es que antes de enfrentar a Perú en Lima, en junio próximo, en el reinicio de la eliminatoria suramericana para Brasil-2014, Pékerman debería exigirle a la Federación la disputa de al menos dos partidos amistosos, así no sea contra rivales clase A, para foguear como se debe a los jugadores que convoque para los microciclos.
Es peligroso para el ánimo y la mentalidad llegar al partido de Lima, solamente con el amistoso que se le ganó a México el 29 de febrero pasado y Pékerman debe ser consciente de ello.
Además, su postura de estar tan 'perdido' de los medios de comunicación y ni siquiera convocar a una rueda de prensa para explicar qué pretende con los microciclos y qué piensa hacer con la Selección de aquí a junio, está muy equivocada. En un país como Colombia, esto tiende a la bipolaridad y no al equilibrio, como se necesita.
En este tema, Colfútbol tendría que meter la mano y tratar de empezar a entender el mensaje que dio el presidente del país, Juan Manuel Santos, cuando recibió a Pékerman en el Palacio de Nariño, la casa de Gobierno: la Selección Colombia es de todos, no solo de la Federación ni del entrenador argentino y su numeroso cuerpo técnico.
GABRIEL BRICEÑO FERNÁNDEZ
Editor de Futbolred.com
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