¡Santa Fe volvió a gritar campeón luego de 37 años!

El cabezazo perfecto que terminó en gol de Jonathan Copete, quien llegó como un desconocido, volvió a poner en lo más alto del fútbol colombiano a Independiente Santa Fe.

Tuvieron que pasar 36 años, 6 meses y 25 días para que toda la familia roja volviera a unirse en un solo grito, en ese grito lleno de orgullo, en ese grito que fue rugido de león, que nació en El Campín y que aún se escucha, ese eco que puso fin a una sequía de campeonatos, pero que nunca dio por finalizada la fábrica de hinchas rojos.

Porque al estadio El Campín llegó el abuelo, apareció el padre, estuvo el hijo saltando y también estuvo el nieto vestido de rojo. A la gran cita estuvieron todos. No faltó nadie. La popular corneta que identificó por varios años al club bogotano también sonó fuerte, esa corneta que nunca se apagó, que apoyó a don Alfonso Cañón en los años sesenta, a 'Cachaco' Rodríguez en los setenta, que rugió con la clase de Freddy Rincón en los ochenta, que sonó fuerte con las corridas del 'tren' Valencia y los goles de Léider Preciado, esta noche de gloria no desentonó y también dijo presente con el gol de Copete.

Fue a las ocho de la noche en punto cuando el árbitro Wílmar Roldán decidió agarrar el balón con sus manos. En ese instante, justo ahí, se detuvo el país futbolístico en Colombia. A esa hora la fiesta 'cardenal', que había comenzado desde las dos de la tarde, tuvo su punto más alto. Los fuegos artificiales aparecieron, las imágenes de los jugadores más importantes de los seis títulos anteriores parecieron cruzarse en la cancha.

Julio 'Chonto' Gaviria, arquero en el título de 1948, 'Mono' Rubio, los atacantes Juan José Ferraro y José Vicente Grecco, Resnik, 'Zipa' González, 'Copetín' Aponte, Devani, Pandolfi, Cañón, Díaz, estuvieron ahí, todos se vieron representados por un grupo de muchachos que lucharon de principio a fin. Que sufrieron, que aprendieron de las derrotas, que cabalgaron el cuadrangular B y que ganaron bien la final de la Liga Postobón. Santa Fe fue superior a su rival, un dignísimo Deportivo Pasto, y con su fútbol no dejó escapar la anhelada, la perseguida y la por fin obtenida séptima estrella.

Desde que Santa Fe salió al campo del estadio El Campín, las tribunas latieron, el público jugó su partido. Un juego que en los primeros quince minutos no hubo tregua entre ambos. Primero llegó Deportivo Pasto con un cabezazo de Méndez y luego fue Rendón, quien remató fuerte con pierna derecha e inquietó al arquero Camilo Vargas.

Pero Santa Fe respondió y avisó que también estaba para ganar. Primero con una jugada que elaboró Arias por el sector izquierdo, al frente de la tribuna de Oriental, Copete cabeceó y Marino García, en la línea de gol, sacó de cabeza. Después hubo una jugada electrizante, Otálvaro le pasó la pelota a Copete, quien detuvo el esférico, giró y a ras de piso envió la pelota al área, y Cabrera, de taco, casi convierte. Merecía ser gol esa acción.

Pero ese ritmo frenético del comienzo entró en un bache. Los dos equipos manejaron más la pelota, jugaron hacia los lados y las llegadas volvieron a aparecer cuando al minuto 32 Otálvaro, en una acción personal, enganchó hacia adentro, remató con pierna izquierda, y el arquero Cuadrado respondió bien. Hubo que esperar otros ocho minutos, a los 40, para que Santa Fe se acercara al arco pastuso. Omar Pérez, con un tiro libre, detuvo la respiración de algunos hinchas 'cardenales', la pelota pasó cerca del palo. Una nueva llegada para los bogotanos que finalizó la primera etapa con el balón, pero sin poder abrir el marcador.

De la imprecisión a la gloria

En el arranque de la segunda etapa Santa Fe fue impreciso. Con Pérez bien marcado por los jugadores de Pasto, quien intentó manejar la pelota fue Daniel Torres. El volante entregó mal el esférico, hubo tensión y el onceno 'cardenal' n opasó su mejor momento.

Al minuto 58, tras un mal rechazo de Mosquera, Pérez llegó de frente al arco, pero su remate se fue muy por arriba. Luego, al 63, Diego Cabrera cabeceó la pelota en el primer palo, tras un tiro de esquina ejecutado por Pérez, pero Rosero la sacó de la línea. Esas dos acciones fueron determinante. El público despertó, se metió de nuevo en el partido y continuó apoyando al equipo. Desde entonces, lo que faltó en la segunda parte fue de Santa Fe.

El equipo rojo inclinó la cancha, el técnico Wilson Gutiérrez mandó al campo a Cardona por Anchico y fue precisamente al jugador antioqueño a quien le hicieron la falta que dio paso al gol. Omar Pérez, que le pegó a todos los balones quietos para su equipo, envió la pelota al área y Copete, que pareció impulsado por Pandolfi, por el propio Ernesto Díaz y hasta por el mismísimo 'Basílico', saltó, conectó la pelota con su cabeza y superó la resistencia de Cuadrado. Un gol para la historia, fue el comienzo para que al escudo rojo se empezara a bordar la séptima estrella.

En ese minuto 25 de la segunda etapa, Santa Fe obtuvo lo que había edificado durante minutos atrás, durante juegos anteriores y en cinco campeonatos anteriores. Después, Edwin Cardona, con tres remates fortísimos, estuvo cerca de ampliar el marcador. Pero el 1-0 fue suficiente, el final del juez sirvió para bajar el telón en un partido histórico, en un juego que quedará para siempre en la historia de Independiente Santa Fe, que ahora tendrá ese escudo, ese emblema que tanto cuidan los hinchas, una nueva estrella.

Los abrazos entre los jugadores, los abrazos entre los hinchas se multiplicaron. El trofeo que pasó de mano en mano, la vuelta olímpica llena de orgullo y limpia de los jugadores, los hinchas en las tribunas de festejo en festejo fue la postal para siempre. Los aficionados ordenados en sus sillas, cuidadosos y fervientes por lo que estaban viviendo sirvió para darle como colofón a un día que perdurará por los años de los años.

Ese instante fue la imagen inolvidable de este 15 de julio, de esta noche histórica que no termina, que seguirá en pie y que puso en lo más alto del fútbol colombiano a Independiente Santa Fe. Salud campeón, salud 'santafecitolindo', como lo llaman sus hinchas. Los que creyeron y los que seguirán de fiesta varios días más. Para todos que bien merecido se tienen este título. ¡Nuevamente salud, que suenen las copas!.

Ficha técnica