El capitán Guillermo Gaviria es un ídolo. Él es el causante de la creación del siempre amado Deportivo Pereira. En 1944 el fútbol de la capital de Risaralda tenía dos vertientes: Deportivo Otún, de la clase alta, y Vidriocol, de la clase baja.
Después de una serie de reuniones, el propio Gaviria hizo una invitación para que ese par de clubes se convirtieran en uno solo.
Finalmente, en el mes de febrero del mismo año, nacimos como el club profesional del departamento de Risaralda, cuyos fundadores fueron Pedro Patiño 'Peruco', Luis Carlos Marulanda, Rogelio Días, Faustino Chiquito y Gabriel Cardona Rojas. ¡Gracias señores!
Tras los pasos iniciales, nuestro debut profesional data de 1949, en la segunda versión de los campeonatos organizados por la Dimayor. Desde entonces y hasta la fecha solo hemos estado ausentes del torneo en la temporada 1953-54, causando una gran tristeza y una marcada preocupación dentro todos los fanáticos.
Esa fue solo una ausencia de momento, ya que siempre nuestro Pereira ha estado siempre presente y hemos salido de momentos para nada gratos como cuando descendimos a la B en el campeonato de 1996/1997.
Sin duda que los hinchas sufrimos, lloramos e incluso nos desesperamos, pero tras dos años muy complicados en la división de ascenso, un técnico conocedor del balompié risaraldense como Walter Aristizábal nos devolvió a la A tras el título en el año 2000.
Pero no solamente figuramos para bien en la B cuando se dio esa circunstancia del fútbol, también logramos hacernos sentir en la parte alta de la tabla de posiciones en el torneo profesional cuando logramos ubicarnos en la tercera posición en las temporadas de 1952, 1962, 1966 y 1974.
En ese recorrido en el balompié nacional no nos podemos olvidar de un técnico como el paraguayo César López Fretes, quien nos dirigió en varias oportunidades, y de jugadores como los 'paraguas' Isaías Bobadilla y Apolinar Paniagua y de los nacionales Jairo Arboleda, Alonso 'El Cachaco' Rodríguez, Víctor Campaz y John Edison Castaño, entre otros.
Con esa tradición, nosotros no perdemos la esperanza de llegar hasta lo más alto. Ni un paso atrás amigos pereiranos, ya que ninguno de los que llevamos esa pasión matecaña en la sangre nos queremos quitar de la piel esa camiseta amarilla y roja.
