Un día en la Iglesia del 20 de Julio con las extranjeras del Cúcuta

Catalina Rubiano, Karina Socarrás y Selimar Pagán, impactadas con la belleza del recinto religioso.

Selimar Pagán, Karina Socarrás y Catalina Rubiano, jugadoras del Cúcuta Deportivo.

Selimar Pagán, Karina Socarrás y Catalina Rubiano, jugadoras del Cúcuta Deportivo.

Foto: CARLOS ORTEGA/CEET

  • Enviar
  • Guardar
  • Comentar
14 de abril 2017 , 12:54 p. m.

La misa iba a empezar, eran las 10:30 de la mañana en el reloj del día miércoles y como en toda Semana Santa la Iglesia del 20 de Julio deslumbraba por su paz y por los feligreses que buscaban su tranquilidad interior y de entregarle sus peticiones al Santísimo.

Allí en la imponente plaza llena de palomas se vislumbraban toda clase de vendedores que se rebuscaban con imágenes religiosas del Diviño Niño, la Virgen del Carmen y distintos ángeles como el Ángel Gabriel. Los escapularios y manillas también estaban a la orden del día.

Ya en el sepulcro, la luz entraba como si el Espíritu Santo recorriera el lugar, el resplandor del sol era imponente, sobre todo, para una persona que visita por primera vez un recinto tan importante en la capital del país.

Sus ojos se espabilaron, la felicidad en sus rostros era disiente. Ahí estaban entrando a la Iglesia Catalina Rubiano, Selimar Pagán y Karina Socarrás, jugadoras del Cúcuta Deportivo Femenino. Tres extranjeras que veían por vez primera este lugar.

futbolred

De izquierda a derecha: Karina Socarrás, Selimar Pagán y Catalina Rubiano. Foto: CARLOS ORTEGA/CEET.

“¡Muy bonito, majestuoso!” dijo Karina, quien es de Puerto Rico, al pisar el recinto sagrado. Ella divisaba todo con profundidad. La curiosidad era total, que hasta se acercaba a las paredes para leer las leyendas y oraciones.

“En Puerto Rico es igual, lo de las misas. Me siento identificada con las canciones, todo es igual”, agregó Selimar, también oriunda de la ‘isla del encanto’: Puerto Rico.

Mientras se escuchaban los ‘Aleluya, aleluya’, las muchachas no le quitaban la vista a nada. La gente que escuchaba la misma también les ponía cuidado a las extranjeras.

Preguntaban todo: “¿Quién es ese, se me hace conocido?”, dijo Catalina al ver la estatua del Divino Niño. A su lado, los feligreses pedían y oraban. Ahí mismo se hallaba una especie de ‘máquinas de deseos’, ellas se animaron a pedir los suyos, pero decían “no tenemos monedas, ¿no las cambian?”.

Ahí fue cuando saqué unas del monedero y se las pasé. Muy felices insertaban la moneda, sus risas de cuando se prendieron la luces de las velas fue total.

Le dieron toda la vuelta al lugar. Hubo un momento en que Karina se quedó del resto y empezó a escuchar la misa, oraba, hacía sus peticiones. Rezos que también hizo esta feligrés, que se emocionó con los coros celestiales. Su primera vez en la Iglesia 20 de Julio era difícil de describir: hasta se animó a echar monedas con la fe de que se cumplieran los anhelos del corazón.

“Es muy nostálgico para mí, yo crecí con esto. Soy católica, pero no practicante. Respeto mucho todas las creencias”, afirmó Rubiano, nacida en New Orleans (Estados Unidos), pero con padre colombiano. De su familia paterna conoció la cultura colombiana, la que para ella es su segunda casa.

Al salir del recinto sagrado, lo primero que divisaron fueron a las Llamas, que pareciera que las llamaran con su ‘picao de ojo’. Decían: “Vamos, llévanos, queremos ahí donde están las Llamas". Ellas corrieron como si fueran niñas chiquitas con juguete nuevo. Hicieron fila, preguntaron el precio y esperaron ansiosamente su turno.

futbolred

Karina Socarrás dándole de comer a una de las Llamas. Foto: CARLOS ORTEGA/CEET.

“Nunca habíamos visto una, en Puerto Rico no hay”, decía emocionada Selimar. Ella fue la primera en subirse, hasta se puso el gorro de mariachi que traía una de las Llamas: eran dos para ser exactos. Pagán abrazaba al animal, no lo soltaba.

Del otro lado, Karina estaba con la otra Llama, que estaba un poco floja y no se levantaba del piso. La acariciaba y se tomaba fotos. Ahí mismo le preguntó al señor que las cuidaba ¿qué comen? El cuidador le respondió zanahorias.
La delantera, de 23 años, divisó las zanahorias y le dio de comer al animal: “¡Qué rico!, afirmó Socarrás cuando alimentaba a la Llama, que parecía que le daba las gracias a la jugadora al sonreírle.

“Soy muy grande para esto”, dijo Catalina al subirse a la Llama. La arquera también se puso el pequeño sombrero mexicano que tenía el bello animal. Y agregó: “Tiene la cara (Llama) como si estuviera emputada. Como si dijera odio mi vida”, dijo eso entre risas.

Lo siguiente misión era probar algo muy bogotano. Caminaron en busca de una almojábana, ella pedían a gritos comer eso. Se buscó el sitio, se acomodaron en una mesa y preguntaban. Lo primero que les causó curiosidad fue el ají, sobre todo para las puertorriqueñas. Catalina ya sabía que era para empanadas y les explicó.

futbolred

Catalina Rubiano muy emocionada en la Llama. No paraba de reirse. Foto: CARLOS ORTEGA/CEET.

Decidieron por probar almojábanas con queso y bocadillo. “¡Muy ricas!, están deliciosas”, decían mientras hablaban de fútbol, de los equipos colombianos y hasta la NFL, sobre todo, Catalina.

No se fueron sin su recuerdo, las de Puerto Rico compraron su vela del Diviño Niño, seguramente para orar por los suyos en esta semana de reflexión, de paz y para cambiar algo de sus vidas.

"Fue una experiencia muy bonita, nos gustó todo. Ojalá podamos volver a venir", dijo Selimar. A ella se unió Catalina: "Deberíamos ir a Monserrate", sí dijo Monserrate, lugar que ella visitió cuando estaba pequeña.

futbolred

El sentir algo típico de Colombia. Foto: CARLOS ORTEGA/CEET

Marianella Ramos Castro
Periodista de Futbolred
rammar@eltiempo.com

En Twitter: @Nella_Ramos

Selimar Pagán, Karina Socarrás y Catalina Rubiano, jugadoras del Cúcuta Deportivo.

Selimar Pagán, Karina Socarrás y Catalina Rubiano, jugadoras del Cúcuta Deportivo.

Foto: CARLOS ORTEGA/CEET

Redacción Futbolred
Síguenos en nuestras redes
Comentar
Guardar

Recomendados

  • Fútbol Femenino
  • Otras Ligas de Fútbol
  • Selección Colombia
boton left
boton right