Mundial Rusia 2018

¿Cómo rearmar la defensa? ¡Hay que montar una 'batería' antiaérea!

Una de las zonas que más dudas dejó en el debut contra Japón fue la zaga. Claves para corregir.

La Tricolor tuvo su práctica en Kazán. Foto: Mauricio Moreno/CEET


21 de junio 2018, 06:36 p. m.
Revisar el triste partido del debut contra Japón (derrota 2-1) es chocarse una y otra vez con la película de la imprecisión, la lentitud y la zozobra. Excepto David Ospina, quien terminó corrigiendo los sucesivos errores de sus compañeros, el balance del cuarteto posterior de la Selección Colombia está hoy en números rojos.
Especialmente difícil fue el debut mundialista para Dávinson Sánchez, comprometido en varias de las mejores opciones de Japón, en el gol y la posterior expulsión de Carlos Sánchez y en al menos dos ocasiones clarísimas que salvó Ospina sobre la raya. Pero no fue el único.
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Murillo también tuvo gruesas fallas en los tiempos para llegar a los cierres; Arias acabó tratando de cubrir al nervioso Dávinson y así perdió peso para salir por su banda y Mojica, a quien se le reconocía como un hombre fuerte en defensa pero muy activo en ataque –más que Fabra, decía el libreto- se le vio muy amarrado en la zona posterior, dubitativo incluso y sin la fortaleza de siempre para ir al duelo hombre a hombre.
Por eso urge una sacudida, un plan especial para corregir los errores propios y enfrentar a un rival que necesita la victoria con la misma desesperación nuestra. Su fortaleza en el juego aéreo, con Lewandowski como referencia, es un auténtico dolor de cabeza
El diagnóstico está hecho. Ahora, hay que revisar qué tienen los zagueros de la lista de 23 y, sin perder más tiempo, ponerse manos a la obra:
1. Zapata, por experimentado, por seguro, por alto y por todo. Si algo se extrañó durante el debut contra Japón fue un hombre experimentado que calmara los nervios y pusiera orden en la zaga. Es decir, faltó Cristian Zapata. A sus 31 años y ya en su segundo Mundial, su conocimiento del puesto será clave. Sus 52 partidos con Selección, dos goles y sus 1,87m de estatura piden a gritos su presencia. Tiene dos goles con la tricolor, que pueden ser pocos pero alcanza para ilusionarse.
2. Yerry Mina, por potente y goleador. Más que nada, Polonia exige marcadores con la potencia necesaria para ganar los duelos y cerrar los espacios. Y es casi seguro que con la enorme sombra del hombre del FC Barcelona encima, será difícil para Lewandowski y los suyos encontrar un espacio. Por eso el dueño del ritmo en la Selección debería ser inicialista. Son 23 años y 12 partidos con el equipo nacional, siempre luchando, siempre ahí. Pero más que eso, sus 1,95m de estatura necesariamente invitan a la ilusión a la hora de los despejes en el área propia y del ataque en predios del rival: el dato no menor de sus 3 tantos –el más goleador de los defensores- es comodín. El rival pide a gritos la alegría del hijo de Guachené.
3. Santiago Arias, el dueño de la banda derecha. Son 42 partidos con Selección en 26 años. No puede haber lugar a dudas del papel del hombre del PSV, que se alterna bien en ataque, que
se proyecta cuando encuentra el lugar, que sabe centrar y se anima a rematar. La experiencia lo respalda y el roce internacional le da un plus. Puede que sus 1,77m no sean la carta principal a la hora de la titularidad, pero no fue nunca una dificultad frente a rivales enormes en clubes y en selecciones. Es Arias sí o sí.
4. Johan Mojica. La infortunada lesión de Fabra le abrió el espacio entre los 11 y él sabe que aún debe ofrecer su mejor versión, esa del Girona como hombre impasable en el uno contra uno, seguro en el juego aéreo cuando la pelota está en el campo y rápido para cubrir los espacios. Con 25 años y la experiencia de jugar un día contra Cristiano, otro contra Messi, otro contra Suárez, el caleño de 25 años gana confianza con 5 juegos para su país. Desde sus 1,85m de estatura tiene que obligar a los polacos a pasar por él y a perder contra él. Ya celebró un gol con selección… quién dice que no puede repetir, saliendo como una flecha por la izquierda, dando el apoyo a Falcao que no se logró por la circunstancia contra Japón y buscando el lucimiento en su primer Mundial. Ya pasó el nerviosismo del debut. Ahora, es su hora de jugar a lo que sabe.
Es cierto que Dávinson y Murillo quedarán, con la suplencia, en el ojo del huracán. Pero son grandes y saben que la dificultad obliga a dar un golpe sobre el tablero.
Dávinson perdió 9 balones contra Japón y sabe que no cumplió, pero con 21 años y 10 partidos con Selección, sabe que puede esperar y aprender. Sobretodo aprender.
Murillo, desde sus 30, entenderá también que la lesión previa al Mundial de Rusia vino en mal momento, que afectó su ritmo y que le impidió hacer una mejor presentación en su salida número 15 vestido de amarillo. Ahora, en caso de emergencia, con 1,84 m de estatura será siempre una opción para reforzar la batería antiaérea contra Polonia.
Por las puntas quedan Lerma y Díaz, la alegría del novato y la experiencia del veterano. Están ahí en caso de emergencia, listos para romper el vidrio.
Ahora el tema es buscar a los mejores para limitar las opciones del rival, la potencia de Lewandowski y la facilidad de sus compañeros para buscarlo con centros al área y cobros de pelota quieta para que cobre el mismo o vaya al cabezazo. El día de fallar en la zaga fue el 19 de junio, en Saransk. En Kazán el reto es de alto vuelo.
Jenny Gámez
Editora FUTBOLRED y enviada especial a Rusia
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